¿Tomaste la mejor decisión?
¿Cómo saber que tomaste la mejor elección en los momentos más difíciles de la vida? Hoy te cuento qué nos impulsa a llegar a resoluciones y qué hacer frente a las bifurcaciones más grandes.
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En los últimos tiempos he escuchado gente que “corta” con viejos amigos, con noviazgos, con parejas y hasta con su familia. En pocas palabras, han tomado una decisión. Y como me dijo algún sabio: decidir es renunciar.
Al menos, eso parecería de un inicio, ¿no? Si escojo la opción B, me pierdo de A. Pero, ¿qué tal si en realidad nuestras decisiones no fueran sobre “perder B”, sino ganar C? De eso hablo en la reflexión 💭 con más detalles.
En el menú de hoy, además, tenemos un libro 📕 que hace que nos preguntemos de dónde vienen las decisiones, una película 🍿 para reírnos y asustarnos de las decisiones ajenas y un cuento sobre las elecciones 🖋️ clave.
Un libro 📕
¿Qué nos lleva a que seamos propensos a tomar una decisión por sobre otra? ¿Qué tanto nos afecta la educación, nuestras experiencias y ahí donde vivimos?
En parte, este chiquito y genial libro de Michael Bible llamado Las horas antiguas habla sobre eso. Las horas antiguas nos lleva a un pueblo de los Estados Unidos donde todo cambió después de que Iggy, un adolescente con aparentes problemas de depresión, decide inmolarse en medio de una misa. Varias personas se preguntan: ¿Por qué alguien toma semejante decisión?
Me gusta que los personajes se sienten auténticos y creo que cualquiera puede imaginar un pueblo conservador en medio de la nada en Estados Unidos y descubrir que hay similitudes con lo que se vive en otra parte del mundo.
Te dejo el link para conseguirlo por importación en Amazon. De todos modos, no tarda en llegar a México.
Una película 🍿
Hablando de las malas decisiones, esta película entre thriller y comedia es un compendio de pésimas decisiones. La premisa es que un grupo de jóvenes astromillonarios se juntan en una casa vacía y tienen que pasar el rato durante una tormenta. Se les ocurre que es una buena idea jugar algo llamado “Bodies, bodies, bodies”. En el que hay un asesino y tiene que tocar a los demás jugadores por la espalda.
Podrás imaginarte que las muertes se tornan en algo bastante real. Y todo por las pésimas decisiones de estos “niños bien”. La parte cómica es que te empiezas a dar cuenta de que cada personaje vive en su burbuja y es incapaz de darse cuenta de lo tóxicos que son.
Sale la chica de la segunda parte de Borat, la chicuela de Shiva Baby, otra más de la serie The Acolyte… el reparto está bueno y la cinta es de A24, así que casi que es garantía.
La puedes ver en Amazon Prime en este enlace.
Un cuento 🖋️
Alicia en el cruce
Alicia seguía soñando con el País de las maravillas. Otra vez estaba en el cruce de caminos. La diferencia es que no tenía que elegir un trayecto, sino que estaba debajo de un poste con un par de letreros. A su espalda, una madera señalaba a la izquierda: “El palacio de corazones”, la segunda madera, debajo, señalaba a la derecha: “Casa del Sombrerero Loco”.
Cuando Alicia se dio cuenta de dónde estaba, se cruzó de brazos mirando al frente, viendo quién sería el siguiente en elegir un camino. Para su sorpresa, venía contoneándose venía el gato de Cheshire. En esta ocasión, sin embargo, el minino no sonreía, sino caminaba lento y cabizbajo.
–¿Qué tienes, gato risón?
–Tengo sueño. Sólo puedo pensar en dormir, pero el Sombrerero Loco me invitó a una de sus fiestas.
–¡Ah! Así que quieres ir a la derecha, ¿no?
–No, no realmente.
–¿Entonces?
–La reina de corazones también me invitó a un banquete.
–¡Ah! Por eso vas a la izquierda.
–No, no realmente.
–¡Ah! ¡Entonces ahora me toca a mí hacerte preguntas difíciles! –gritó Alicia. –¿A dónde irás, bonito gato? ¿Izquierda o derecha?
El gato de Cheshire miró con sus ojos amarillos los azules de Alicia. Y entonces sonrió. Como un jaguar elegante, saltó por encima de la muchacha sin ningún esfuerzo, aterrizó en sus dos patas delanteras y luego puso las traseras bamboleándose. Caminó lo suficiente para alejarse de la adolescente.
Dándose vuelta, todavía sonreía de oreja a oreja.
–Ay, Alicia. Ay, niña. ¿Yo? Yo me hago mis propios caminos.
Una reflexión 💭
Todo mundo dice que la filosofía es inútil hasta que la vida se pone seria. Uno de mis filósofos favoritos es el danés Søren Kierkegaard porque normalmente ve el vaso medio lleno.
Él dice algo muy interesante acerca de las decisiones:
Si tuviera que desear algo, no desearía riqueza ni poder, sino la pasión de lo posible, ese ojo que en todas partes, siempre joven, siempre ardiente, ve posibilidades.
Parafraseando a la señorita Maria Popova, que tiene un buen newsletter de poesía y cosas varias donde menciona a Kierkegaard, no hay ámbito más punitivo para pensar en cosas binarias que nuestras relaciones más cercanas. En otras palabras, yo no soy sólo hija o mujer o tía o hermana. Soy todo eso y más.
Por eso creo que en esos momentos de la vida, en donde la gente “termina”, no necesariamente ese final es una suma cero. Las relaciones evolucionan y cambian, cuando “pierdes algo” hay que tener ojo para ver qué estas ganando.
O sea, las decisiones no sólo son sobre renunciar, sino ver el mundo de posibilidades del que habla Kierkegaard. Cuando decidimos sembrar en la existencia, es posible que aunque haya invierno crezcan flores.
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Con cariño libre de virus,
J. McNamara, aka Geeknifer.
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