Tiburoncín uhjajá

...Ojos sin vida, de muñeca, ojos negros; cuando se acerca a uno se diría que no tiene vida, hasta que le muerde; estos pequeños ojos negros se vuelven blancos y entonces, ah... entonces se oye un grito tremendo y espantoso, el agua se vuelve de color rojo.

Parte no de los mejores monólogos de la historia del cine: Quint en Tiburón (1975).

Antes del especial de Nochebuena que tengo preparado para ti, decidí adelantar un poco la desenvoltura de un auto-regalo escrito con un eje que podría parecer aleatorio.

A lo largo de este año de cartas he procurado abordar temas que todos tengamos en común. Que tanto tú como yo podamos entender. Por eso es que empecé, en estas cartas, hablando de la pandemia y cómo sobrevivir a ella.

Pero hoy te regalo un especial único en su especie, hablando sobre algo de lo que soy una apasionada. Algo raro, sin duda. Pero que me hace enloquecer y que tal vez te traiga información nueva, sonrisas y, con algo de suerte, inspiración:

Los tiburones 🦈.

Y quédate acá, porque verás cómo estos peces pueden ser engarzados con nuestros sueños. Te lo demuestro en unas líneas.
 

*Un libro 📖*

Me  encantan los libros que están en la raya entre la ficción y la realidad. The Seas es un poco eso. Por momentos, es la historia de una sirena que anda sobre la tierra, en otros es la historia de una chica perturbada que escapa de la realidad a través de su relación con el mar.

La personaje principal no tiene nombre, pero ella dice que es una sirena. Su padre desapareció hace tiempo y vive con su madre. En ese pueblo costero, apartado de la civilización, hay una epidemia silenciosa: alcoholismo. Eso hace que, de pronto, las cosas que suceden durante la narración de una adolescente enamoradiza parezcan poco creíbles.

No quiero profundizar más en la historia porque el final es muy abierto. Si lo lees, platícame tus teorías porque sigo sin estar segura de lo que realmente le acontece a nuestra sirena.

Puedes comprar el libro aquí. Lamentablemente, todavía no hay traducción al español.
 

*Unas recomendaciones 💡*

Bienvenido a mi (breve) sección de cómics e ilustraciones de tiburones. Dejo sus páginas de Facebook, Instagram y Patreon o web.

1.- Vress

Una de las creencias más populares entre la gente es que los tiburones son despiadadas máquinas de matar. Lo cierto es que, estadísticamente hablando, hay un montón de animales más mortíferos que estos peces. La lista incluye a las abejas, los perros y… las vacas. 

Si todavía no te convencen estos argumentos, quizá necesites ver a los tiburones convertidos en cachorritos. Eso es lo que hace Vress con sus múltiples tiras. La idea es ver a los tiburones en ambientes algo más relajados. Creo que funciona, tú me dirás. 
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2.- Sharktopia

Si estuviste aquí desde el principio sabes que esto ya había aparecido, pero Sharktopia merece estar aquí de nuevo porque su autora tiró la toalla hace poco tiempo y, ¡por fin!: está dedicándose 100 por ciento a crear ilustraciones de tiburones.

Lo que me encanta de Caiti Rose, su creadora, es que está muy involucrada con grupos de conservación para los tiburones y las páginas de colorear que crea en muchas ocasiones tienen datos relevantes para aprender más sobre estos peces.

Por ejemplo, dato gratis: son animales que, además de tener un sentido del olfato extraordinario (imagino que has oído en películas que detectan una gota de sangre en kilómetros), tienen la habilidad de sentir campos electromagnéticos con unos órganos del morro llamados ampollas de Lorenzini. Así, pueden incluso cazar peces en el fondo marino, que se encuentren por debajo de la arena.
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3.- Life of sharks

Este es el material menos tierno y con más cabeza de los tres. Life of sharks es una crítica de lo que sufren los tiburones por la pesca ilegal y una sátira del día a día humano.

En pocas palabras, en estas tiras los escualos se hacen pasar por humanos, con sus mismos problemas y dificultades diarias. Cargadas de un montón de humor negro. Tiene también una página web repleta de objetos coleccionables. Lástima que sus creadores sean ingleses y todos los precios vengan en libras.
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*Un video 🎞️*

Hace unos años, el video de un tipo que se encuentra con un tiburón blanco se volvió viral. No les voy a mentir, la grabación no es apta para talasofóbicos (gente con miedo al mar) e incluso yo, que soy una amante de los escualos, encuentro el metraje un tanto perturbador.

En él, vemos a un buzo nadando por las profundidades cuando de pronto sale de la nada un tiburón blanco que le pega en la cabeza con el hocico. Durante bastante tiempo, la identidad del hombre fue desconocida, pero ha salido a la luz un corto documental que relata quién es este hombre y lo que representa para él bucear.

Me parece una especie de meditación en filme. Más allá del sensacionalismo, el corto explica lo que puede significar un momento alejado de todo, en el que sólo estás contigo y la naturaleza. En el que no tienes control y te podrías topar con la muerte de frente. Y por qué, pese a ese riesgo, vale la pena entrar en el agua.

Para ver el documental, da clic aquí. Si no conoces el video viral original, puedes verlo en YouTube acá.
 

*Una minificción🖋️*

Día 14: Escribe una historia de amor

En un pueblo lejano costero, cuyo nombre se perdió en la historia, vivía una chica de nombre Natalia. Su madre no le prestaba atención y era la adoración de su padre. Natalia era especial. Ella escuchaba el mar y sabía que la esperaba “alguien”. En las noches de tormenta, cuando las aletas dorsales de los tiburones rondaban la playa, ella sabía que aquellos no eran peces y sentía el llamado de uno en especial.

Aunque había aprendido a nadar en la laguna, ella, como todas las chicas de ese pueblo perdido, tenía prohibido tocar el agua de la costa, porque era bien sabido que el agua convertía a las mujeres en espuma. 

Natalia, un día sí y otro también soñaba despierta con el ser que la llamaba en cada golpe de ola. Imaginaba su cuerpo de hombre que nadaba con la gracia de un elegante escualo. ¿De qué servía la vida si sólo la vivías entre sueños inalcanzables?

Una noche, por fin, con el llamado del trueno, escapó de su casa y caminó descalza por la arena hasta llegar a donde las olas empezaban a acariciar la costa.

Temerosa, se mojó el dedo gordo del pie y, para su sorpresa, nada aconteció. No se convirtió en espuma. Fueron primero sus pies, luego sus piernas y, pronto, el agua le llegaba a la cintura. Sentir por primera vez el oleaje fue como si todos sus sueños despierta se cumplieran. El aroma a agua salada le hizo continuar hacia adelante. 

Escuchó un “¡Detente!”. Pero ella ya nadaba lejos, sus piernas ya no alcanzaban el fondo y, en medio del océano, vio una aleta dorsal. Su aleta dorsal. El escualo le dio vueltas alrededor. Natalia no era tonta: tenía miedo de los ojos negros y del enorme cuerpo de pez. El tiburón llegó hasta ella y supo que así era como tenía que ser: lo tomó por el morro y le dio un beso en la punta.

Unos dicen que Natalia sí se convirtió en espuma, porque el tiburón la llevo al fondo marino. Pero nosotros sabemos que los tritones se disfrazan de pez y que Natalia tenía sangre de sirena.
 

*Una reflexión 💭*

Cuando era niña, yo decía que iba a ser bióloga marina... Eso fue antes de enterarme de que un biólogo necesita enfrentarse constantemente a animales de seis patas o más. Ahí claudiqué.

¿Por qué me encantan los tiburones? Es un misterio racional. A ver, sé que pueden parecerte feos. Después de todo, son peces con montones de dientes. Muchas especies con dentaduras chuecas y monstruosas. Quizá ese es parte del asunto por el que me encantan. Son peces. Y si tuviera un súperpoder elegiría nadar bajo el agua durante horas.

Me fascina que sean solitarios, que sean peligrosos y que sean muy, pero que muy necios. No importa cuánto tiempo les tome, alcanzarán su presa. 

Hace poco di un discurso que tomó a estos animalitos de base para hablar acerca de la importancia de perseguir lo que estás llamado a hacer en la tierra. Es decir, de lo crucial que es tener sueños, pero más relevante aún: alcanzar esos sueños. No importa si no te gustan estos peces, seguramente te gustarán los leones, los elefantes, las tortugas o los hipopótamos. Tenemos mucho que aprender de la naturaleza, como ser insistente con lo que queremos y aprender a ser uno con el entorno.

En este miércoles, te deseo mentalidad de tiburón.
  P.D 
Como Facebook prometió desde sus buenos tiempos, este newsletter SIEMPRE será gratis. Pero el trabajo creativo no deja de ser trabajo. Así que te dejo este link por si quieres invitarme un cafecito, con la promesa de un día tomárnoslo en la misma mesa, y animarme a seguir con este proyecto y extenderlo a otros lares. 

¡Hasta el próximo pinche miércoles!
¿Es tu primera vez? Te dejo más cartas aquí.

Con cariño libre de virus,
J. McNamara, aka Geeknifer.
 

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