¿Qué pelis de los Oscar valen la pena?
La temporada de películas terminó, pero las ganas de ver cine no se nos acaban. Sobre todo, porque en los filmes está un pedacito de nuestra vida.
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Me encantan las semanas después de la temporada de premios del séptimo arte porque podemos hablar de cine sin ganas de matarnos.
Este año sacó lo peor de nosotros entre las discusiones por Oppenheimer y Barbie. Pero a diferencia de otros años, creo que los premios fueron bastante “buena onda” y hay buenas películas por ver. Eso sí, algunas quedaron o fuera de las nominadas o pasaron sin pena ni gloria por los Oscar.
Podrían quedar olvidadas; por eso, te traigo unas películas 🍿, un libro 📕, una rolita 🎶, un cuento 🖋️ y una reflexión 💭.
Un libro 📕
No estuvo nominada, pero la peli aclamada por la crítica ¿Estás ahí, Dios? Soy yo, Margaret, está basada en una novela muy linda de Judy Blume.
Esta bildungsroman (novela que habla de los años de crecimiento de un personaje), es sobre Margaret, que se muda a los suburbios a los 12 años y eso la lleva a darse cuenta de que, quizá, necesita escoger una religión.
La mitad de su familia es judía y la otra cristiana. Así que, mientras crece, Margaret se comunica con Dios para que le ayude a encontrar el camino ¿verdadero?
Es una aproximación inocente y, por tanto, muy fresca a lo que involucran las relaciones humanas mientras crecemos y, también, si podemos tener una comunicación más cercana con la idea que tenemos de Dios.
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Unas películas 🍿
Se sabe que Oppenheimer arrasó en los Oscares de este año, pero en esta última temporada de premios hubo otras películas que valen mucho la pena. Compartiré algunas de las que más me gustaron. Mención honorífica a Los asesinos de la luna, de Martin Scorsese.
American Fiction
Mi favorita de las nominadas fue American Fiction. Sí, sí tiene que ver mi quehacer profesional.
Relata la historia de Thelonious Ellison, quien es un escritor afrodescendiente que nada más… no vende. Empieza a darse cuenta de que para que sus libros sean bestsellers, debería hablar de la comunidad afro desde los estereotipos. Y en broma, hace una novela con estas características.
Me parece un estudio valiente de lo que implica entender las diferencias raciales en este siglo, de cómo los problemas humanos no son necesariamente exclusivos de un contexto social y, claro, de cómo la industria editorial es una lata.
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La zona de interés
La ganadora a mejor película extranjera me pareció casi de terror. Yo había entendido, por el tráiler, que era la historia de una familia alemana que vive junto a Auschwitz y se va enterando de lo que pasa ahí. La premisa es mucho peor: es una familia que vive junto al campo de concentración y ya sabe qué ocurre.
Pienso que es muy fuerte el nivel de normalización del Holocausto. Esta película ganó a mejor sonido porque gracias a este elemento y sólo sutilezas, hace que a una se le enchine la piel. Imperdible.
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Nyad
Finalmente, apenas vi Nyad. Ambas protagonistas, Annette Bening y Jodie Foster, estuvieron nominadas al Oscar.
Annette Bening la hace de Diana Nyad, la nadadora de aguas abiertas que saltó a la fama por nadar en mar abierto alrededor de Manhattan en tiempo récord.
Y esta película se trata sobre el sueño de Diana Nyad de nadar de la Habana a Florida. ¡A los 64 años!
Para lograrlo, tiene la ayuda de su coach, Bonnie Stoll, interpretada por Foster. Ambas actrices están espectaculares porque demuestran lo que significa la amistad y el trabajo en equipo, cómo percibimos a la gente de la tercera edad y cómo los “genios” no se hacen solos.
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Una rolita 🎶
Quitando a Ryan Gosling y su gran show en los Oscares, la otra película cuya música es para morirse es Maestro. ¿Por qué? Porque se trata de un director de orquesta que también fue un gran compositor. ¿Ubicas el musical Amor sin barreras (West Side Story)? El genio detrás de eso es Leonard Bernstein.
Maestro es una película a la que hay que entrarle con paciencia, porque pese a su música, el filme es más bien lento. Va sobre todo de la vida amorosa de Leonard Bernstein, un hombre que tuvo que esconder su bisexualidad por la época en la que vivió. Y también, de cómo su esposa se la rifó.
Pero bueno, el soundtrack me pareció ma-ra-vi-llo-so. Aquí la muestra.
Un cuento 🖋️
Louis Vuitton
Mi hermano cree que tengo el empleo más aburrido del mundo porque dice que trabajo para famosos, pero no conozco a ninguno.
En realidad, no sólo conozco a las celebridades, sino que sé exactamente cómo es su personalidad, cuáles son sus preocupaciones más profundas y sus talones de Aquiles. Por ejemplo, esta noche.
Margot Robbie, Versace, negro y no rosa; algo tiene que demostrar. Zendaya, Armani; me preocupa ese hombro y se ve mayor por ese vestido. Greta Lee, Loewe; que no pise la tela blanca que le cae tan grácil, ¡dios!, cómo alguien se puede ver tan elegante. Y así, una a una desfilan ante mis ojos.
Yo estoy de traje sastre negro, camisa blanca. Nadie se fija en mí, soy menuda, color bronce. Quizá piensen que soy de seguridad privada, pero yo no mato ni una mosca. O de la producción, pero no traigo lista de asistentes o instrucciones. Soy casi como un médico. Cada año intervengo, nunca salto a la fama.
Salvo por esta noche. Esta noche me volví, por un unos minutos, parte de ellos.
La frase que reveló mis talentos: “My dress is broken”, ¡un vestido estaba roto! Y así se subió la mujer a recibir el Oscar. Sé la vergüenza que pasó. Lo sé desde que se me desgarró el mío en los XV años. Y como ella ya estaba en el teatro, no lo vi a tiempo. Pero tras bambalinas, corrí. Fui su heroína. Mi mejor pago son ojos de agradecimiento. Claro, no todas son así. Pero ella sí. También me invitó por un rato a su mesa.
En Navidad, le leí la carta que Emma Stone me mandó de su puño y letra a mi hermano. Murió de envidia.
Una reflexión 💭
La temporada de premios cinematográficos es linda porque, a diferencia de las otras artes, se presta para el chisme. Los actores nos dan siempre de qué hablar.
¿Por qué? Yo creo que es porque vemos a quienes salen en la gran pantalla muy cercanos. Después de todo, actúan como seres humanos. En comparación con otras formas artísticas, como las artes plásticas contemporáneas, las películas las “entendemos”. Eso habla de que nos sentimos capaces de hablar del cine sin ser expertos. ¡Y eso me parece increíble!
Nuestra paradoja respecto a la cercanía es que vemos a quienes están en esa industria de manera un tanto aspiracional —levanta la mano si quisieras un autógrafo del padrino de México, Guillermo del Toro—. Los actores son famosos, figuras públicas vaya, nosotros no.
También por eso me gusta escuchar a la industria en esos premios, porque se me antojan más cercanos. Pienso en Emma Stone preocupada porque se le rompió el vestido antes de recibir el Oscar. Al menos yo sí me he enfrentado a tener que reparar un tacón o poner “un segurito” de emergencia.
Así, la farándula, no deja de ser humana.
Lo más bonito es que el cine sigue siendo la muestra más fehaciente de que las historias nos unen como humanidad.
Un meme 👾
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Con cariño libre de virus,
J. McNamara, aka Geeknifer.
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