¿Qué da más miedo que una cucaracha?
Conforme crecemos, nuestros miedos evolucionan. A mí ya no sólo me dan miedo los bichos, sino no ser suficiente. Hoy te cuento cómo hacerle frente a esto.
¿No tienes tiempo de leer? Escucha con el botón de arriba 👆🏼
La Parca me miró a los ojos. Y aunque traté de poner cerrojos, por mis malos cuentos decidió llevarme a un mundo de tormentos. Pero aquí estoy necia aunque la Muerte me menosprecia. Hoy, en tu correo, has recibido el producto de mis versos perdidos. - Una autocalaverita rápida.
¡No sabes lo contenta que estoy de mandar esta carta! Porque, como cada año (y antes de que se acabe noviembre, quiero regalarte el especial de terror de 2023. Y claro, porque durante una temporada volverás a tener Escríbeme pronto en tu bandeja de entrada semanalmente.
Acércate con confianza, en esta edición hay cositas para los amantes del terror y para los que prefieren no asustarse. Hay suspenso, un vampiro, un corto de verdadero terror y una película para pensar.
Pásale, que aquí está a punto de irse el aroma a cempasúchil de esta ofrenda.
Una miniserie (y un libro) 🎬 📕
En esta carta somos muy fans de Mike Flanagan, el director que ha traído cosas como Hush, The Haunting of Hill House y mi consentida Midnight Mass.
Este nuevo emisario del terror del siglo XXI se propuso una labor muy, pero que muy ambiciosa este año: reinventar algunos de los cuentos más famosos de Edgar Allan Poe y retratarlos en una miniserie.
A propósito de ello, decidí conseguirme los cuentos completos de Poe y revisitarlos o descubrirlos (no había leído toda la obra de este autor de Massachusetts). Valió la pena.
La caída de la casa de Usher de Flanagan nos lleva por la vida de Roderick Usher, un magnate dueño de una farmacéutica que ha perdido a sus numerosos hijos en misteriosas circunstancias. Cada capítulo se enfoca en un personaje distinto y su desafortunada muerte.
Mis capítulos favoritos fueron “La máscara de la muerte roja” y “El corazón delator”. A este último le tenía bien poca fe. Después de todo, ¿cómo puedes modernizar un cuento clásico de Poe de manera exitosa? Yo creo que Flanagan lo logra de manera magistral. Hay cierto sonido (y no es precisamente el de un corazón latiendo) que aún me perturba cuando recuerdo la serie.
Las actuaciones son de dioses, los personajes memorables y la crítica social de fondo vale totalmente la pena.
La puedes encontrar en Netflix a través de este enlace.
Un video 🎞
No necesitas una película entera para probar tu valentía. Sólo aparta dos minutos y medio de tu tiempo.
Diecisiete millones de visualizaciones no mienten. Lights Out es, por mucho, uno de los cortometrajes más terroríficos allá afuera. Hecho en su totalidad por David F. Sandberg. El corto se estrenó en el marco del Bloody Cuts Horror Challenge en el que Sandberg ganó mejor director.
El argumento es simple. Cada vez que la protagonista apaga la luz, ve una sombra. No te cuento más y te reto a que veas esta chulada en soledad.
Una película 🎥
Es raro que una película de terror logre sorprenderme. No lo digo por petulante, sino porque he visto demasiadas a lo largo de mi existencia.
No one will save you logró que pusiera cara de: ¿QUÉ? La promesa de la película viene en el título. Nadie podrá salvar a la protagonista. Entonces, si no tiene escapatoria, ¿por qué seguiría viendo el filme?
Pues resulta que hay un muy buen plot twist. No puedo creer que haya críticas tan divididas sobre este filme. Al parecer, es de esas películas que amas u odias por completo. Yo estoy en el primer grupo. ¿Y tú?
Puedes verla y ejercer tu opinión a través de Star+ en este enlace.
Un cuento 🖊
En bolsita
Cuando éramos niños, nuestro momento favorito del domingo era cuando mamá nos llevaba al tianguis y nos compraba agua fresca en bolsita con popote. La de Julián y mía era una bebida fresca, ligera y rojiza. Mamá, en cambio, prefería que le dieran un líquido transparente que sabía muy amargo.
El accidente también ocurrió en domingo. Esa tarde, mi mamá, con sus últimos alientos de vida, me hizo prometer que vería por Julián. Yo sólo tenía dieciséis, pero se lo juré. Cuando los doctores decretaron que mi hermano no despertaría al día siguiente, le tuve que hacer caso a la promesa.
En la colonia se decían puras cosas horribles del hombre-sombra que vivía en la esquina. Pero yo sabía que él me podía ayudar, sólo tenía que traerle algo de comer. Y así fue. Esa misma noche el hombre fue al hospital: mi madre murió rápido y mi hermano vivió.
¿Yo? Sacrifiqué todo por Julián. Siempre he estado con él. Pero cada vez es más necio.
–Déjame salir hoy.
–No, Julián, es peligroso.
–Esto ya no es vida.
–Lo que te pasa es que necesitas algo de comer. Voy y vengo.
Tomé una bolsita de plástico, un popote y un cuchillo. Cerré la puerta sin hacer caso a los lamentos adolescentes de mi hermano.
Al borde del alba, cuando la oscuridad es cerrada, es más fácil clavar el cuchillo en los olvidados. Entonces saqué la bolsita. Después, con el amanecer, pasé por lo necesario para hacerme un sándwich y compré una cerveza.
Cuando regresé, la cortina estaba abierta de par en par y la habitación estaba plagada de luz. Pasmada, no podía dejar de ver el cuerpo humeante de Julián. Dejé caer al suelo su bolsita de plástico con una bebida densa, ferrosa… y rojiza.
Una reflexión 💭
Los miedos evolucionan con nosotros mientras crecemos. Cuando era niña, mi mayor miedo era que una cucaracha me cayera en la cabeza. La idea me sigue dando miedo, pero también se han incluido otras cosas en el ciclo de la lavadora que son mis terrores.
A mucha gente le da miedo la soledad. He de decir que a mí no me da propiamente miedo eso; lamentaría que la gente que más quiero se apartara de mí. Me da miedo ser mala hija, mala esposa, mala hermana, mala trabajadora, mala…
Mala.
En los últimos años me he dado cuenta de que mis mayores miedos me los impongo yo misma. Tal vez a ti te pase lo mismo. Es divertido porque luego creemos que teníamos más imaginación cuando éramos niños y resulta que seguimos haciendo lo mismo de grandes. Ahora nuestros monstruos son ansiedades por ser los mejores o, por lo menos, ser suficientes (buen ser humano, trabajador, padre, con un laaargo etcétera).
Otras veces pensamos que nos quedaremos solos y al mismo tiempo no les llamamos a nuestros amigos o familiares; en otras ocasiones nos da miedo la muerte, que aún no llega y tenemos vida; y otras veces más nos da miedo perder la salud y no disfrutamos la que tenemos.
En la vida de adulto, hay varias maneras para contrarrestar estos miedos. Una, es vivir el momento y darse el tiempo para disfrutarlo sin querer hacer multitasking; otra es imaginar, en vez del peor escenario siempre, el mejor que podamos vivir y, finalmente, si nada funciona: hoy es bastante accesible acudir con un profesional de la salud mental que nos ayude.
Y bueno, relajar tu mente con cartitas en miércoles tampoco está mal, ¿no?
Un meme
¿Es tu primera vez? Te dejo más cartas aquí.
Con cariño libre de virus,
J. McNamara, aka Geeknifer.
Puedes ponerte en contacto conmigo por Instagram, Telegram, Facebook, Twitter y LinkedIn.