La Navidad de los frikis
¡Uy, qué miedo, mira cómo estoy temblando!
Sí, sí. Acabo de citar a Chicoché para este especial.
Amo las historias de miedo ¿Por qué? Supongo que soy adicta a la sensación que provoca ver una película de terror: una mezcla de incertidumbre y pánico en una dosis controlada.
En los últimos tiempos, he caído en la cuenta que las historias de terror que más me gustan son las que se valen del miedo como pretexto para contar otra cosa. Así como la comedia es una manera agradable de reflexionar acerca de los grandes temas de la humanidad, el horror es sólo una metáfora de los miedos primigenios y, sobre todo, de cómo hacerles frente. Así que les dejo algunas cosillas hoy que, o dan miedo, o usan el miedo de excusa para algo más grande.
*Un libro 📖*
House of leaves - Mark Z. Danielewski
Este es un libro visualmente atractivo. Es un mamotreto casi cuadrado cuyo formato exterior podría pasar por el de un libro de texto. Sin embargo, por dentro pareciera que está escrito de forma laberíntica. House of leaves es un volumen que demuestra que la literatura gótica sigue viva en el siglo XXI.
La historia de esta peculiar novela comienza con un chico que es perseguido por lo que parece un ente sobrenatural. E inmediatamente hay un salto hacia atrás en el tiempo, en el momento en que este personaje se hace de una reseña escrita por su vecino, fallecido recientemente. La reseña está plagada de referencias a obras que no existen y lo que se reseña es una película de terror. Así, House of Leaves es una caja china: lo que pasa dentro de la película reseñada, lo que el narrador de la reseña cuenta y lo que el lector, el chico que roba la reseña, va descubriendo.
¿Por qué el formato es tan particular? Porque la película de terror reseñada es una sobre una casa que parece tener vida propia.
Es una obra imprescindible si quieres asustarte; si te interesa el diseño editorial, te va a encantar, porque al final es una representación de lo que sucede a nivel narrativo. Las miles de vueltas sólo reflejan la confusión de los personajes y las transformaciones de una casa aparentemente embrujada. El libro está en inglés y puedes comprarlo aquí.
*Una serie 🎥*
Empiezo por una importante declaración: estoy voladísima con esta serie y necesitaré hacer un texto más largo eventualmente, pero doy una probada.
Misa de medianoche, la creación que estuvo en el horno por 10 años de Mike Flanagan (el autor de The Haunting of Hill House y The Haunting of Bly Manor) me dio por todos mis puntos débiles. Desde la música: empieza con una rola de Neil Diamond. Check. Tema: la religión, la culpa, la muerte, la monstruosidad humana y el fanatismo. Check. Personajes con un arco narrativo desarrolladísimo: desde un asesino incidental hasta un sacerdote cautivante, pasando por personajes alienados en una comunidad pequeña. Check. Un misterio en una isla en medio del mar. Check.
A pesar de que la serie fue aplaudida hasta por Stephen King, conozco ya varias personas que la odiaron. Poniéndome de su lado, quizá la serie peca de filosófica y de lenta. Si quieres asustarte, esta no es precisamente la obra indicada. Es una obra de terror que usa de pretexto el género para hablar acerca de otros temas.
Es una sola temporada de siete capítulos. Como las siete virtudes y los siete pecados capitales. Yo la vi en tres días como obsesa, así que la estoy repitiendo con algo más de paciencia para los detalles. Sin embargo, hay diálogos larguísimos sobre temas densos, así que es más que respetable que te la chiquitees.
¿De qué trata? Bueno, la serie abre con un cuate que, ebrio, produce un accidente de tránsito y mata a una mujer en el proceso. El hombre tiene que ir a la cárcel y, al salir de ella, sin mejor destino, regresa al pueblo donde creció. Este pueblo tiene apenas poco más de cien habitantes y se emplaza en una isla en medio del océano. Todos sus habitantes son fervientes católicos salvo por el nuevo sheriff, que practica el Islam.
La llegada de este hijo pródigo coincide con el arribo de un nuevo sacerdote a la parroquia (mi personaje favorito, si me lo preguntan). El padre de alguna manera resulta afable y simpático, pero desde el primer capítulo sabes que hay algo raro con el tipo.
Para el capítulo 3 hay un plot-twist que revela de qué va la serie en realidad, así que yo recomiendo tener paciencia porque la recompensa es extraordinaria. El guion es una belleza, con discusiones profundas sobre la muerte. Hay una en particular que sí me hizo sentir el memento mori y que me diera pánico desfallecer ahí mismo. El final, además, está para llorar. Está en Netflix.
*Un videojuego 🎮*
Undertale
Los humanos podemos ser peores que los monstruos. En este RPG pixelado, los monstruos han sido encerrados por una malvada humanidad y buscan la liberación. Para salir de su encierro necesitan un alma humana. Es cuando una personita los visita, que ven una esperanza para su salvación.
Tú eres ese humano que ha de escapar del mundo de los monstruos. Peeero para hacerlo hay tres caminos: pelear contra ellos, tratar de ser pacífico y salir sin luchar contra nadie, o una mezcla de ambas. En batalla, a veces luchas, a veces negocias y escapas. Cada una de nuestras decisiones afectará el final, por lo que vale la pena jugarlo en varias ocasiones.
Este es un juego que apuesta por los detalles. Hablando de diseño editorial, en el segundo mundo que visitamos hay un par de villanos llamados Papyrus y Sans. Y sí, las tipografías con las que se despliegan sus diálogos son Papyrus y Comic Sans.
Está disponible en Steam.
*Una banda 🎵*
Esta sección me costó trabajo porque tengo muchas canciones que dan miedo. Pero en vez de ponerme terrorífica, decidí meter un grupo que sólo se dedica a homenajear, con su música, grandes historias del terror.
Este es un grupo alemán de gothic metal llamado The Vision Bleak. La voz de Allen Konstanz es la combinación perfecta para la música de Ulf Schwadorf, pues parece que es el narrador de una obra gótica del siglo XIX. Ambos miembros de la banda cuentan historias de horror en cada canción.
Desde que producen música, han tenido álbumes dedicados a algún aspecto de la “tradición” gótica: en 2007 sacaron un álbum sobre hombres lobo y momias, en 2013 uno sobre brujas y su último, de 2016, muy lovecraftiano, es sobre lo desconocido.
Te dejo una de mis rolitas favoritas, sobre un faraón no muy amable, aquí.
*Un cuento 🖋️*
Los grandes y verdes ojos de Meredith vieron a Abhinav con reprobación y preguntó, sarcástica:
—¿No te parece patético que nunca hables de ella sobre eso? —. Meredith tenía la piel casi transparente y siempre andaba de vestidos a cuadros, encapsulando los años sesenta en su andar.
—Me parece normal. No todos necesitamos llamar la atención —reviró Abhinav, quien sostenía un vaso old fashioned relleno de whiskey irlandés. En la India no podía beber enfrente de sus padres y ser un estudiante de posgrado en Inglaterra le permitía disfrutar de placeres prohibidos por su religión. El estudiante de Medios Interactivos se llevó el aroma a roble a los labios, esperando la respuesta de Meredith.
—Yo no quiero llamar la atención —dijo al fin ella, molesta.
—¿Entonces por qué pasas tus días dedicándolos a Brisa?
—Se me hace una chica simpática.
—Lo es. Mucho.
—¿La vas a invitar a salir?
—No lo sé. No creo.
Las pobladas cejas de Meredith se juntaron; molesta, se acomodó la montura de los lentes estilo ojos de gato y negó con la cabeza.
***
Brisa estaba recostada en su cama individual, leyendo para el examen de Cultura Digital que tendría al día siguiente. No se había podido concentrar en toda la semana. La biblioteca estaba parcialmente cerrada por el coronavirus y ella odiaba estar en su cuarto. Había algo en esa habitación, pero Brisa no sabía decir el qué. Cuando se sentaba en su escritorio, su intuición detectaba unos ojos invisibles mirándola: era tan difícil leer. En las noches, cuando se sentaba a trabajar, la barra de halógeno con la que iluminaba sus libros, parpadeaba sin cesar. Durante semanas, en la cama, justo cuando más enfrascada estaba en su lectura, oía un repiqueteo en la pared. El cuarto de junto estaba vacío. En ese piso sólo vivían Abhinav, al principio del pasillo, y ella. Compartían la cocina.
Era mexicana y su ánimo no era el mejor: ella creía que su maestría sería muy distinta, que tendría la oportunidad de interactuar con muchas personas, de viajar por toda Europa. Pero se había visto en la necesidad de estar encerrada por meses. Había entablado cierta relación con Abhinav, quien siempre parecía saber mucho de todo, pero que evitaba las pláticas que versaran sobre cuestiones personales.
Miró por la ventana, qué ganas de que nevara. Qué ganas de que la cuarentena terminara.
***
Esa noche, Brisa abrió los ojos, sin aliento, estaba segura de que alguien le había hecho cosquillas en los pies. Esta vez no era solamente la intuición de una presencia, sino que verdaderamente había sentido algo en la piel. Tomó su celular para iluminar la habitación y Brisa gritó de terror cuando su mochila se arrastró por sí sola de lado a lado del cuarto, por el suelo. A los pocos segundos, escuchó golpes en su puerta.
—¿Estás bien? —. El acento y la voz aterciopelada de Abhinav la relajaron. Abrió la puerta y lo dejó pasar. No sin antes encender la luz. La habitación estaba vacía. —¿Qué sucedió? —preguntó su compañero.
—No lo sé, te juro que alguien me tocó los pies. El encierro me está volviendo loca —. Brisa comenzó a sollozar y Abhinav quedó rígido. A sus espaldas oyó una risita.
—No te preocupes, Brisa. Todo estará bien —. Abhinav se encontró con los ojos de su roomie y ella le sonrió, con los ojos llenos de lágrimas que no se atrevían a salir. Él le puso la mano en el hombro.
—¿Quieres que te haga compañía un rato?
—¿No te molesta?
—Neh. Ya entregué mi ensayo, así que tampoco tengo mucho que hacer.
Esa noche se quedaron viendo Un horizonte lejano. Brisa comentó lo guapa que se veía Nicole Kidman. Abhinav se rió de que ahí todos fueran blancos.
Pronto, Brisa se quedó dormida y Abhinav salió sigilosamente de la habitación.
Afuera, lo esperaba Meredith.
—¿Qué te pareció?
—¿Ya ves como quieres llamar la atención?
—Agradéceme.
—¿Por qué? Suficiente tiene con estar aquí encerrada.
—Pero gracias a mí pasaron su primera noche juntos.
—Cínica.
***
Abhinav tocó a la puerta de Brisa por la mañana. La mujer parecía no haber dormido demasiado cuando abrió.
—Estoy cocinando daal, ¿quieres un poco? —propuso él.
Ambos comieron las lentejas con curry sentados a la mesa. Brisa sonreía con mayor facilidad, comiendo algo caliente y picante, todo le supo a su hogar.
—Gracias, Abhi.
—A ti. Tu presencia me ha hecho más ligera la cuarentena.
—Es lo más lindo que me has dicho en estos días. Ojalá pasemos más tiempo juntos. Vuelvo a dormir, ¿vale? —. Más calmada, después de comer y reír, se levantó. Le guiñó un ojo a Abhinav antes de salir hacia su habitación, al final del pasillo. No pasaron ni cinco segundos cuando Meredith apareció, atravesando la puerta de la cocina.
—¿Qué ganas con ser un espíritu malvado? —espetó Abhinav.
—Nada.
—¿Entonces cuál es el afán de atormentar a esta chica?
—Supongo que soy la enamorada del amor. Un día morí en esta cocina sin saber que la chica que había besado la noche anterior, esa de aliento a vino tinto barato, sería la primera y la última. Cada año llega una nueva Brisa y, con ella, el aroma del perfume de la primera mujer de la que me enamoré. No puedo tenerlo, así que sí: llamó su atención hasta que deciden irse, hasta que su tiempo en este flat se acaba.
—Ella merece que la dejes ser feliz —. Meredith sonrió, levemente.
—¿Sabías que eres el primer estudiante que me puede ver en más de 50 años?
—¿Y?
—Ni yo sé cómo funciona el más allá. Lo único que sé es que eres especial. Y que eres un tonto por no dar el beso que yo ya no puedo dar.
***
—¿Quieres salir?
—Todo está cerrado, hasta el cielo —respondió Brisa.
—La puerta que da al parque está bien abierta.
Brisa vio los copos de nieve a través de su ventana, ensanchó la sonrisa, tomó la mano de Abhinav y lo llevó abajo, corriendo por las escaleras. No salió por la puerta del parque, sino que se quedó viendo hacia afuera. Ahí dijo, en voz queda:
—La nieve que cae.
—Los amantes que se miran —Brisa volteó y se topó con el rostro color canela de Abhinav, quien le sonrió. Ella apoyó la cabeza en su pecho.
Meredith, detrás de ellos, los vio tras sus lentes de montura y suspiró, su rostro enmarcado por el leve llanto de la dicha. Sólo entonces la fantasma se volvió rocío de lágrimas y se dispersó entre la nieve.
Brisa no volvió a escuchar ruidos en la noche. Nunca supo si porque eso se había ido o porque Abhinav la acompañaría desde entonces.
*Una reflexión 💭*
Estas son fechas para pensar en el fin. La muerte, en casi todos los casos, da miedo. Es la cumbre de nuestros terrores. Afortunadamente, vivimos en un país que se toma la muerte casi a broma y en que ponemos ofrendas para recordar a quien fallece.
Como todos, no tengo idea de qué haya después de la muerte (si hay algo). A mí me gusta creer que el cielo es pasar a otra dimensión. Eso me explicaría por qué no puedo recordar existencias pasadas y me da esperanza de vivir en otra cosa. Lo que sí sé es que la manera en la que permaneceremos en este mundo después de que cerremos los ojos para siempre es en los recuerdos de otras personas.
Al final, no se quedarán nuestras acciones por sí solas, sino que vivirán en las memorias de quienes conocimos. Las relaciones que mantuvimos darán testimonio de lo que fuimos. Es un excelente miércoles para pensar no solamente en cómo queremos ser recordados, sino en cómo hablarán de nosotros las personas cuyas vidas acariciamos.
¿A mí? A mí espero que me recuerdes entre cartitas.
P.D
Como Facebook prometió desde sus buenos tiempos, este newsletter SIEMPRE será gratis. Pero el trabajo creativo no deja de ser trabajo. Así que te dejo este link por si quieres invitarme un cafecito, con la promesa de un día tomárnoslo en la misma mesa, y animarme a seguir con este proyecto y extenderlo a otros lares.
¡Hasta el próximo pinche miércoles!
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Con cariño libre de virus,
J. McNamara, aka Geeknifer.
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