¡Jo-jo-jo! Que caiga nieve y texto + regalo

Cada año esta carta se empapa de nieve. Te doy la bienvenida al especial navideño que incluye villancicos, películas de miedo y un regalito textual.

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Mucha gente cree que como amo el terror, las fiestas de Halloween y Día de muertos son mis favoritas. Están en un grave error, esa época tiene el segundo puesto en mi lista. Porque quienes me conocen saben que soy el ser más navideño en la faz de la tierra. Sólo superada por Ebenezer Scrooge tras ser visitado por los tres espíritus.

Por cierto, si jamás has leído Cuento de Navidad, la escritora

Alicia Pérez Gil

instó a varios substackeros a que leyéramos una parte. Te dejo el principio de la cadena.

Lectura en cadena: Canción de Navidad

Antes de seguir recomendando cosas, te recomiendo mis antirrecomendaciones en podcast. Bueno, ya, ya, mucho comercial, ni que fuera venta navideña. La edición del especial navideño de este año incluye una rolita 🎶, una película que nada tiene que ver con el natalicio de Jesús 🍿, un regalo 🎁 y una reflexión 💭.

Mi villancico favorito, sin duda alguna, es “El niño del tambor” aka “El pequeño tamborilero” o “El tamborilero” dependiendo del país en que me leas. Muy cerca en mi lista está “Carol of the Bells”, preciosa cosa basada en una canción tradicional ucraniana. En fin, “The Little Drummer Boy” lo escribió en 1941 una mujer: Katherine Kennicott Davis. Fue grabado primero por la familia von Trapp (sí, no sólo son personajes de musical) y después popularizado por el conductor y compositor Harry Moses Simeone.

La cosa es que hay una versión requetelinda que combina el villancico en español con el famoso Bolero de Maurice Ravel. Y cada vez que lo escucho me dan ganas de echarme a chillar. La orquesta y el coro son de la RTVE (radiotelevisión española). Miguel Guerra en la dirección y el arreglo hecho por Juan J. Colomer.

Venga:

Hay que cerrar el año a lo grande. No pensé que en diciembre pudiera ver una excelente película de terror. Pero resultó que sí pasó.

Deadstream se trata sobre un influencer que tiene que volver a ganar popularidad, así que acepta el reto de quedarse en una casa embrujada. La premisa es muy simple: el influencer instala cámaras y le van pasando cosas tenebrosas. Sin embargo, el ser este es astro torpe. Así que supe que esta peli sería joya cuando mis hermanitos y yo gritamos al unísono para después reír a carcajadas.

No es común encontrar buen horror-comedy pero esta es una clara muestra de eso. Hallarla no es tan fácil en México… Así que si quieres verla, podemos llegar a acuerdos medianamente ilegales si me mandas un mensaje.

Este es el inicio de mi próxima novela, Infierno azul. Te lo traigo en exclusiva porque en 2025 sí o sí, sale.

La monja quería que el salón de clase se zambullera en silencio, cuando el silencio no existe ni en el más allá. Las plumas de veintitrés mujeres adolescentes escribían rítmicamente, produciendo una sinfonía sorda. Todas trataban de cumplir con una plana perfecta.

Y mis párrafos favoritos, unos cuantos capítulos después son estos…

Cuando le ardió el pecho, supo que iba a morir. Y lo que más le dio miedo fue que no sintió a Dios cerca, sino que ahí, en medio del agua, a punto de perder la consciencia, se sintió en la cuna del infierno. El inframundo no era caliente, como lo había pensado siempre, sino que era una camisa de fuerza de hielo. El averno era la muerte y la muerte era fría. El infierno era azul. Culpó a Dios, porque nada le había salido bien en todos esos días. En una paradoja, pidió perdón por no saber perdonar. No pudo perdonar que le hubiera robado a sus padres, a sus amigas, y en ese momento, que le arrebatara la vida.

Lo maldijo. Maldijo a Dios. Entrecerró los ojos cansada. Ni negro, ni azul. El último color que vio fue el...

Esta novela incluye mucha agua, pecado, demonios, muerte y destrucción. Ah, y unos cuantos besos prohibidos.

Hay varias razones por las que amo la Navidad. Ahora las pondré en forma de viñetas porque eso es la Navidad para mí, una época ligera; qué ensayo literario ni qué nada:

• Mis papás me hicieron en Navidad. Saque usted la cuenta. Si nací el 25 de septiembre… eso sólo puede significar que las tortas de bacalao son el alimento más afrodisíaco del mundo. Al menos según mis padres.

• Es la época en la que veo a mi familia más contenta. Como somos torpes diciendo “te quiero”, preferimos regalarnos cosas. No tienen que ser regalos carísimos, sino bien pensados.

  • Esta época me recuerda que soy algo así como la pequeña, la grande, la sándwich y la hija única de acuerdo con la temporalidad en la que existo. Mis hermanos son 16 y 18 años más grandes que yo. Son los barbones de la foto. Mi hermano el mayor tuvo dos hijos que son casi de mi edad, en realidad son mis sobrinos pero me refiero a ellos como mis hermanitos porque pasamos mucho tiempo juntos. Yo los trato a ellos como mis hermanos, ¡y a mis hermanos reales también! Así que soy la sándwich. Pero cuando mis hermanitos se iban y como mis hermanos tenían ya una vida, a veces fungí de hija única. Como Scrooge, pude ser una pequeña solitaria.

• Es la única temporada que tiene su propio repertorio musical. Amo los villancicos. Es lo más parecido a la música de iglesia que anida en mi cabeza que se reproduce sin pensar. Y no se escucha tan fuera de onda que esté cantando villancicos. No sé por qué la gente me mira como bicho raro cuando empiezo con “EN LA ARENA HE DEJADO MI BARCA…” pero si canto “Oh, the weather outside is frightful…” todo es normal.

• Son semanas en que me da por escribir como si no hubiera un mañana. Y leer como si en la noche no tuviera que dormir. El árbol de Navidad, cosa pagana, me incrusta energía creativa. Lo amo. De hecho, la idea de mandar esta carta es navideña.

• Y claro, porque me permite tener una newsletter con especial de Navidad.

O algo como un meme… cortesía de mis hermanitos.

P.D. La próxima semana hay podcast.

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¡Hasta el miércoles!
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Con cariño libre de virus,
J. McNamara, aka Geeknifer.

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