El año se acaba, pero el tiempo no
“No podemos elegir los tiempos que nos toca vivir, lo único que podemos hacer es decidir qué hacer con el tiempo que se nos ha dado”.
¿No les parece que el mago Gandalf es mejor que “Desmotivaciones.es”?
Este mes es la paradoja de la felicidad por los reencuentros y los regalos pegado con el ambiente medio falso que permea en el ambiente. Hay quienes detestan diciembre porque critican la época navideña diciendo que sólo se trata de capitalismo rampante. Y sí, no voy a negar que comprar santacloses, renos y hombres de nieve para decorar un hogar es algo insulso cuando piensas que las temperaturas bajas (que cada año son más extremas porque estamos fregando este planeta) harán que miles de personas mueran.
Y que más gente tenga enfermedades respiratorias.
En pandemia.
¡Espera! No te vayas. Ya sé que lo que menos quieres es pensar en lo peor de nuestros días. Lo mío, lo mío, no es ser negativa. Podré ser crítica y realista, pero me gusta ver el vaso medio lleno. No para autoengañarme o hacerme de la vista gorda, sino porque como Gandalf, creo que nuestro tiempo es tan corto que no lo podemos gastar en la amargura.
Por eso, te comparto estos rituales que tienen que ver con el año que se nos acaba, pero festejando que todavía tenemos tiempo. Especialmente para ayudar a alguna causa que valga la pena.
*Un videojuego 🎮*
Una de las partes más importantes de la época navideña es ejercer paciencia. Sobre todo en la niñez, cuando tienes que esperar a que lleguen tus regalos. Yo lo odiaba. Y sigo siendo bastante impaciente.
The longing es un juego que se trata de esperar. El personaje recuerda a los elfos domésticos de Harry Potter y este, cubierto de hollín, tiene una misión: esperar 400 días hasta que su rey, un dios de piedra, despierte de la profundidad del sueño y de la cueva donde reside.
El concepto es sumamente interesante porque tienes un cronómetro en la parte más alta de la pantalla donde pasan los días. A la velocidad de un día normal. El mundo donde vive el personaje está conformado por una serie de cavernas que puedes explorar a tus anchas. El personaje no corre, va con la prisa de alguien que tiene todo el tiempo del mundo.
Imagínate: Jugar más de un año (literal) para saber el final de esta historia. Eso creía yo que pasaría. Peeero no. Hay un truco.
The longing es una exploración del significado del tiempo. Poco a poco, mientras nuestro personaje va decorando su casa y obteniendo objetos para pintar, leer o tocar música, el cronómetro empieza a desobedecer las leyes físicas y los segundos pasan más rápido.
Los diálogos del personajito están intensos y tienes suficiente tiempo (claramente) para reflexionar en la condición del elfo cubierto de hollín, en cómo aprovechar los días y, sí, en la vida misma.
Aunque de inicio puede parecer aburrido y abrumador, conforme vas encontrando elementos para hacerte la existencia más fácil, las cosas mejoran. Justo como en la vida real.
Además, antes de que se terminen los 400 días puedes tratar de escapar de la caverna… desobedeciendo a tu rey.
Lo encuentras para Nintendo Switch y en Steam.
*Un producto 🔮*
Uno de los propósitos que seguí el año pasado y que a la larga se me convirtió en un hábito útil fue mantener mi agenda más o menos en orden.
La marca de agenda que uso, RockDesign, ya tiene disponible a la venta la de 2022. La recomiendo por varias cosas. La primera es que no matan árboles porque están hechas con papel de piedra, que es más ecológico.
La segunda es su estructura. Básicamente, por mes, tiene una frase, un pequeño calendario, una hoja que funciona como índice mensual para anotar fechas importantes, una lista de cosas para recordar, objetivos, un “habit tracker” (para ir dándole seguimiento a los hábitos que estás tratando de implementar, y un recuento de “lo mejor del mes” (viene con momento, canción, película, comida y lección). Usualmente cambio lo de comida por libro.
Yo no necesito una página por día porque mi letra es tamaño hormiguita. Entonces sólo uso bullets y me explayo en la página de “notas” de la semana. La amo porque es un lienzo en blanco y puedo decidir yo el diseño o la prioridad. Sin mencionar que me da por usar stickers y colores.
Total, si quieres echarle ojo, la agenda de 2022 está acá.
*Una recomendación 💡*
El fin del año es una buena temporada para sacar nuestro lado creativo. Históricamente, diciembre es cuando más escribo. No sé si los árboles de Navidad me sirven de faro en mis líos mentales, si es el frío que me hace querer quedarme en casa a escribir, si es la mezcla de paz y nostalgia que respiro en estas fechas, pero la cosa es que me da por imaginar tonterías.
Hace años empecé con unos amigos un reto al que llamé “Escribe antes de Navidad”, que traía 30 ideas para escribir (del 24 de noviembre al 24 de diciembre). De ahí nació un bonito blog.
Cada año hago el ejercicio y los cuentitos que van saliendo los guardo. Antes se quedaban en las profundidades de mi disco duro. Y en enero pasado me harté y decidí irlos sacando en forma de cartita. ¡Y mira, aquí estás leyendo esto!
Ahora tengo que reabastecer mi inventario de ficciones. Si quieres acompañarme, te dejo la lista de ideas de escritura. Técnicamente, es para iniciarse el 24 de noviembre, pero si inicias hoy, está perfecto. Puedes incluso hacerlo desde el día 7 (escribe una historia basada en un sueño que hayas tenido), si quieres terminar en Nochebuena.
*Una minificción🖋️*
Día 7: escribe una historia basada en un sueño que hayas tenido.
Todo era oscuridad.
Pero no de esas oscuridades terribles, que hielan la sangre o cortan la respiración.
Era una oscuridad interrumpida por luces que atravesaban la calle.
Una oscuridad acompañada por árboles y música.
Una oscuridad que dejaba ver mi sombra.
Y mi sombra me tocaba el hombro.
“¿Qué pasó?“, le pregunté.
Me extendió la mano. Me pedía dinero.
No veía su rostro. Las sombras no tienen rostro.
Pero sí que me dio ternura. Así que le entregué una moneda.
Seguí caminando por edificios con ventanas iluminadas.
Cada cierto tiempo, le daba dinero a mi sombra.
Vi una carroza fúnebre y un carrusel.
Un parque de hojas cálidas y un mar color pastel.
Pero oscuro.
Llegué a un monte verde, verde, verde.
Me recosté y mi sombra me acarició.
Le di lo que llevaba en el bolsillo.
Reanduve mis pasos y, cuando llegué al principio,
adonde había sólo oscuridad,
Mi sombra me volvió a tocar el hombro.
Me entregó un saco lleno de dinero
Y de ilusiones.
Mi sombra me había hecho millonaria en una noche.
*Una reflexión 💭*
Hay un miedo que permea no sólo en los mercados, sino en todos los habitantes del planeta Tierra: que la variante omicrón de Covid-19 nos regrese a la casilla 1 del tablero. O que esto de las mutaciones se vuelva una espiral que no acabe jamás.
Te lo debo: no tengo la respuesta a este augurio porque no soy epidemióloga y mucho menos adivina.
De lo que estoy segura es que pertenecemos a una época complicada que sólo nos puede hacer crecer. Más que nunca, prepararnos para la incertidumbre es revalorar las cosas. He visto varias parejas que no sobrevivieron a la pandemia, pero también he visto que estas personas de pronto se reencuentran con sus familias y tienen nuevos trabajos. Cambian sus prioridades y sabemos qué nos hace, de corazón, felices.
No sé si mañana volveremos al encierro (la verdad es que no creo que la gente quiera o aguante), pero lo que sé es que hoy es miércoles y nos quedan 31 días para sacarle jugo a 2021. No te olvides de que siempre hay alguien a quien ayudar: alguien de tu familia, un colega, un amigo o un desconocido. Eso nos queda a los privilegiados que ponemos árboles escuchando villancicos.
P.D
Como Facebook prometió desde sus buenos tiempos, este newsletter SIEMPRE será gratis. Pero el trabajo creativo no deja de ser trabajo. Así que te dejo este link por si quieres invitarme un cafecito, con la promesa de un día tomárnoslo en la misma mesa, y animarme a seguir con este proyecto y extenderlo a otros lares.
¡Hasta el próximo miércoles!
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Con cariño libre de virus,
J. McNamara, aka Geeknifer.
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