De víctima a superviviente

"El miedo de la mujer a la violencia del hombre es el espejo del miedo del hombre a la mujer sin miedo".

Un sensato Eduardo Galeano

Estamos en una época interesante para hablar de víctimas, victimarios y supervivientes. Por un lado, la violencia contra la mujer es nuestro pútrido pan de cada día. Mujeres asesinadas y desaparecidas. Es una gran razón para que estemos enojadas y tristes. 

No es día de la mujer, pero creo que es un buen miércoles para pensar en las veces en que hemos sido víctimas de abusos y cómo hemos salido adelante. En cómo sobrevivimos a las injusticias. No importa tu género, estoy segura de que has estado en una situación que, cuando menos, te hizo sentir vulnerable. Y mírate, aquí estás, respirando y leyendo cartas. Por eso, vamos a lo de hoy,
 

*Un libro 📖*

Contar la historia de la violencia no es sencillo. Y creo que hoy vemos una inundación de producciones que se basan sólo en el shock value; en mostrar directamente lo horrible que puede ser el abuso. 

No sé si a ti te pase, pero a veces, a mí, como mujer me parece agotador volver una y otra vez a las cifras, a las injusticias y a revivir las atrocidades que suceden ahí afuera. 

Los productos culturales que abordan las violencias e injusticias la tienen difícil. ¿Cómo hablar acerca de un tema que está por todos lados de una manera original? Al menos, lo suficientemente original como para ponerle atención.

Zozobrar es una historia acerca de abuso, sí, pero una contada de manera distinta. Para empezar, no está sobrecargado de ensayo, sino de una narrativa muy inteligente y tan ligera como los pasos de una bailarina. Después de todo, de eso se trata esta novela.

Al principio, seguimos a Cléo, una chica que sueña con ser bailarina y que recibe el ofrecimiento, por parte de una mujer que sale de lo que ella conoce, para participar en la convocatoria de una beca artística. Tendrá que pasar una serie de entrevistas para ello. Y, como estás ya suponiendo, a partir de ahí las cosas se vuelven macabras.

Lo que aplaudo de esta novela es que no se limita a esta historia, la terrible, que sólo es lo que abre el volumen. En realidad, la parte gruesa de la novela aborda a los personajes a varios años de lo ocurrido. 

Me parece que hoy más que nunca, no basta con explorar los rostros de la violencia contra la mujer, sino las cicatrices que deja, el cómo una superviviente, que no víctima, lidia en su día a día con una mancha en su pasado. Sobre si el abuso nos define, y sobre cómo y dónde entra el perdón.

De la mano de la autora, Zozobrar nos lleva tras bambalinas para conocer cómo se normaliza la injusticia en un mundo tan competido y difícil como el de la danza.

Si quieres una lectura profunda, pero ligera en estilo, esta es ideal. Lo puedes encontrar en Amazon España. 
 

*Una rolita 🎵*

Aviso importante: la rolita de hoy, "Sins of Mine", es una canción de pop. De synth-pop. Una cosa hasta romántica.

Si has leído otras recomendaciones musicales mías, verás que hay cierto patrón en la manera en la que describo las rolitas. Usualmente cuento la historia detrás de ella y luego hablo como tal del estilo musical.

Pero esta vez lo hago al revés, porque creo que hay altas posibilidades de que repela a la multitud si me clavo en la trayectoria de estos artistas.

La rolita es una colaboración entre Mortiis y Apoptygma Berserk. ¿Quiénes son estos tipos? Bueno, Mortiis es una banda con falta ortográfica intencional. Mortis es “muerte” en latín. Mortiis no es sólo el nombre de la banda sino también el del alter ego de Håvard Ellefsen. Ellefsen fue bajista de una banda de Black Metal noruego llamada “Emperor” y desde hace años no sólo da show con su música sino con sus elecciones de maquillaje, porque el hombre gusta de disfrazarse de goblin: con orejas de punta y nariz ganchuda incluida. Pese a provenir de un género pesado y, pues sí, oscuro (ya sé que parece pleonasmo con lo de Black Metal), desde hace tiempo su música cae más bien en un proyecto interesante de electrónica.

Mientras, Apoptygma Berzerk es una banda noruega de synth-pop. La mayor parte de sus canciones son baladas, incluso.

Y bueno, la rola de hoy demuestra que incluso los chicos malvados tienen corazón. La capacidad de pensar en el arrepentimiento y encontrar en el amor algo de esperanza. Te dejo la canción aquí.
 

*Una película 🎥*

Me gustan las películas de terror, aunque lo que voy a recomendar hoy no cae en esa categoría, pese a las apariencias. Cae en una categoría particular de películas: las de dramas de vampiro. No, no estoy hablando de Crepúsculo y sus derivados. Estoy hablando más bien de filmes que ocupan la figura del vampiro como un buen pretexto para reflexionar sobre otros temas: la inmortalidad, el tedio, el amor eterno, la injusticia, entre un montón de cosas.

My Heart Can't Beat Unless You Tell It To es una película de “vampiros” inusual. Al principio, se nos presentan tres hermanos. Dos mayores que, por alguna razón, protegen al menor como si se tratara de su propio hijo. Luego, rápidamente entendemos que los hermanos mayores deben hacer algo horrible por el hermano menor.

Pensé que sería una simple película de asesinos y familias disfuncionales. Pero más bien, es una película acerca de estar enjaulado por un sistema. Aquí sí hay víctimas y no sólo son quienes pierden la vida, sino aquellos que deben sufrir, sencillamente, por el destino y la familia.

La puedes rentar en Amazon o verla en Mubi si tienes suscripción.
 

*Una minificción 🖋️*

(A Linda Ravenscroft, la ilustradora, la encuentran acá)

Esta era una ninfa que no debía tener sombra. 
Alguien se la había colgado encima y ella no podía moverse sin sentir la desesperación de que alguien la seguía. 
La sombra la observaba y, a veces, incluso la tocaba sin su permiso. 
La ninfa odiaba las noches: sentía una gran presión en el pecho, la sombra la tapaba a ella en su lecho, como un manto umbrío que roba esperanza.
En los días, lo único que lograba era que la sombra se mantuviera a raya, acechando.
Había decidido ya jamás bajar del árbol donde vivía y resignarse a volverse una con las hojas. 
Hasta que otra ninfa le preguntó cómo estaba y ella se soltó a llorar.
Su hermana la tomó de la mano y la llevó hasta el mismo lugar donde Narciso se enamoró de su reflejo.
La ninfa no quería verse en aquel espejo de agua pero observó que la sombra la seguía de cerca.
Se armó de valor y vio su reflejo sin sombra, con sus ojos profundos y sus risas pasadas, con el recuerdo de los suyos y la esperanza de que todavía tenía muchas flores de primavera por recoger.
Se puso de pie distinta, con algo así como entendimiento. Y la sombra ya no estaba.
La ninfa producía su propia luz que comía oscuridades.
 

*Una reflexión 💭*

No sé por qué estamos en una época en donde nos gusta sufrir. Aplaudo que reflexionemos sobre nuestros privilegios y sobre la falta de equidad que hay en el mundo; lo que no me explico es cómo a veces llegamos a la conclusión de que preferimos ser víctimas del sistema en vez de supervivientes que compartan experiencias.

Creo que, en general, si estás leyendo esto, significa que tienes el privilegio de saber leer, de una conexión a internet, de acceso a redes sociales y de darte unos minutos para pensar.

Me gusta pensar(me) más que como víctima, como superviviente. Porque de esa manera, aunque sea mediante una palabra —una cosa más poderosa de lo que se cree— me aparto de aquello que quiso interferir con mi vida y pongo un límite a eso que me hizo sentir mal.

Si estás acá, leyendo esto en miércoles (o en otro día si abriste tarde la cartita), piensa en todos los malos tragos que has tenido que vivir; seguramente no son pocos. Pero lo importante es que no nos quedemos ahí, sino que nos atrevamos a disfrutar la vida tras eso. Somos fuertes y resilientes. Estamos sobreviviendo a una pandemia y a perder el mundo como lo conocíamos. Si sonreír pese a eso no es ser valiente, no sé qué lo sea.
  P.D 
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¡Hasta el próximo miércoles!
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Con cariño libre de virus,
J. McNamara, aka Geeknifer.
 

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