¿Cuál es la mejor fecha del año?
🎶 It's the Most Wonderful Time of the Year 🎶 (?)
Te voy a hacer una confesión: no soy buena dándome tiempos para mí misma. Quizá a ti te pasa. La idea de que yo sea el centro un día me pone nerviosa. En general, sólo hay dos fechas en el año donde me hago un espacio para mí: mi cumpleaños y Navidad.
Cada quién tiene su mejor fecha del año. A algunos les gusta su cumpleaños, otros optan por amar el 14 de febrero, otros prefieren el Día de las madres y otros San Patricio.
Nochebuena es mi fecha favorita porque me permite hacer un montón de cosas en las que no soy tan hábil de manera espontánea. Por ejemplo, en términos generales, soy mala para externar “te quiero”. La gente que me rodea sabe que prefiero escribirlos (no por nada ando mandándote cartitas). La carretera que va de mi corazón a la yema de los dedos que escriben en este teclado está bien pavimentada.
Sé que esta época puede ser oscura para muchas personas. En un día donde se supone que hay que estar unidos con nuestros seres queridos, la soledad es un fantasma que empaña el presente. No puedo olvidarme de que el año pasado hubo un gran pico en los casos de Covid y eso desencadenó la pérdida de mucha gente que le hacía un bien a este planeta.
No quiero ser una feliz inconsciente, sólo quiero ser una feliz que está a una carta de distancia. Estoy convencida de que cuando una tiene el don de estar bien, sólo queda compartir eso con quienes te rodean. Así que, aunque seas de ese grupo que prefiere olvidarse de la Navidad porque representa oscuridad, espero que con estas líneas cubiertas de copos de nieve te sientas mejor.
*Un libro 📖*
Letters from Father Christmas - J.R.R. Tolkien
Una de las cosas más lindas sobre la Navidad es permitirnos ser niños de nuevo. Hay muchos detalles que nos hacen felices con un sentimiento infantil: se ve bien comer dulces, recibir regalos e imaginar cosas poco probables. Como eso de que vayan a llegar Santa Claus o los Reyes Magos.
Este libro apela a nuestro pasado infantil.
El creador del mundo de El Señor de los Anillos también tenía familia. Y no puedo imaginarme un escritor que no le escribiera a sus niños. Así, cada año el señor Tolkien tenía la costumbre de mandarle cartas a sus hijos haciéndose pasar por el Padre de la Navidad (Papá Noel, Santa Claus, como le quieran decir). Así lo hizo por dos décadas.
Son una serie de documentos conmovedores porque Tolkien hasta cambiaba su manera de escribir para que su identidad no fuera descubierta. Incluía dibujos y referencias al mundo que él imaginó que sería el Polo Norte.
Si eres fan del señor, es un must. Si quieres ver el rastro de cómo cambia el pensamiento de un Papá Noel a lo largo de 20 años, también vale la pena. Y también lo vale si sacas tu niñez interior en estas fechas.
Lamentablemente, la edición en español está descontinuada y comprarla sale carísima. Por eso, dejo acá la versión original en inglés.
*Una rolita💡*
Sé que puedo ser sumamente insoportable en Navidad (así, con hipérbole y todo). La mayor parte del tiempo, soy medio amarguetix para las cosas linditas. En pocas palabras, no suelo ser cursi.... Claro, a menos de que sea noviembre y ya empiece a ser frío. Soy la clase de persona que desde entonces pone villancicos y los canta. En mi primer trabajo, ya traía mareados a los pobres coeditores que laboraban conmigo. Saludos si me están leyendo.
¿No te ha pasado que te obsesionas con una rolita y la pones, y la pones, y la pones? A mí no sólo me pasa seguido sino que termino siendo una coleccionista de versiones extrañas y covers.
Podría darles mi top 3 de villancicos en orden ascendente: "Winter Wonderland" (escrita en 1934 y, por ello, interpretada por más de 200 artistas), "Carol of the Bells" (basada en un canto ucraniano que el compositor Mykola Leontovych modificó en 1914) y, por supuesto: "El niño del tambor" (escrito por una mujer: Katherine Davis, en 1941).
Este breviario cultural sólo para decir que tengo una playlist con varias versiones de "El niño del tambor", te la dejo aquí. Soy fan especialmente de la de Ringo Starr y la de Josh Groban: ambas usan gaitas al final. Hay algunas pop, otras jazz y otras abiertamente metaleras.
*Una película 🎥*
Hay muuuchas películas sobre la Navidad o que la utilizan de pretexto. Hay otras tantas series que tienen sus especiales navideños, también.
Existen clásicos que casi todo mundo conoce. Aunque tengo por ahí unos amigos que no han visto Mi pobre angelito. No me lo explico (si caes en esta categoría de personas, por favor, ve la 1 y la 2: grandes películas navideñas).
Con todo, hay varias personas que tampoco han visto mi película favorita navideña. He de decir que, de chica, yo casi nunca la vi en Navidad, sino cuando mi hermano y yo nos enfermábamos. Comer caldo de pollo con las canciones de fondo era el ritual obligado de nuestras gripas. Y hablo de nada más y nada menos que de La Navidad de los Muppets.
¿Qué? ¿Creías que iba a recomendar algo profundo y sesudo? ¡Neh!
Los muppets adaptaron el clásico libro de Charles Dickens… ejem, sí, más bien: James Juhl lo adaptó. Fue la primera película de los títeres tras la muerte de Jim Henson y el resultado es una joya de homenaje. Michael Caine es la personificiación ideal de Scrooge y ver a los muppets cantando me alegra los días invernales. Espero que a ti también te pase. La puedes ver en Disney+.
Además, Gonzo, mi personaje favorito, es Charles Dickens: ¿qué más se puede pedir?
*Una minificción🖋️*
Día 28: Escribe sobre tu libro favorito
Ebenezer estaba sentado a la mesa, cenando.
Tiny Tim, por su parte, estaba en el celular.
—¿Cómo siguen tus papás? —preguntó Ebenezer, tratando de hacer conversación.
—Bien, ahí andan.
—¿Y tú? —. Tiny Tim no respondió enseguida:
—¿Eh? —dijo levantando la mirada del celular.
—¿No pasas mucho tiempo en esa cosa?
—Tú me la regalaste —. Era verdad. Ebenezer estaba arrepentido.
—Me voy a dormir —dijo Tiny Tim sin despegar la vista de la pantalla.
El viejo elevó una plegaria. No sabía si lo que había vivido hacía 12 años había sido un sueño o no, pero esperaba que Tiny Tim reaccionara por alguna obra de providencia.
Ebenezer también se fue a dormir y, durante cada campanada de su reloj, sintió un escalofrío.
En la mañana, Ebenezer estaba, otra vez, sentado a la mesa. Desayunando pan. Era Navidad.
De pronto, Tiny Tim pasó corriendo junto a él y ni vio el carbón que le había dejado el Padre de la Navidad. Abrió la ventana, desesperado, y arrojó su celular a la calle.
Ebenezer ya tenía mala memoria, pero supo lo que había pasado.
Sonrió. Podía irse en paz.
*Una reflexión 💭*
No puedo pedir que todo mundo ame la Navidad. Para muchísimas personas es una fecha equis, insulsa, innecesaria y hasta desesperante. Implica mucho tiempo con la familia y no siempre estamos de ánimos para la cena en donde surgen discusiones por cualquier cosa.
En realidad, de ahí, en parte, surge mi amor por la Navidad: era la época de las treguas en mi casa y en la que veía a los seres que mejor me caían de la familia. Hoy la cosa es muy íntima pero realmente bonita. Sé que los regalitos que recibo son una forma de tener, más allá de algo material, cariño. Que alguien puso su pensamiento en mí para sacarme una sonrisa.
Esta es mi fecha favorita porque me permite decir "te quiero" sin tanto miedo. El mundo allá afuera está reviviendo la pandemia con una variante astro-contagiosa, lo que creo que nos queda es respirar profundo y aprovechar que hoy estamos acá, con el privilegio, al menos, de tener Internet (entre otros muchos, seguramente). Si tienes el chance de hacer alguna buena obra, nada pierdes.
Y aprovechando que no me da tanta pena ponerme cursi: espero de corazón que esta Navidad sea muy feliz para ti, que no tengas tragos amargos y todo sea dulce. Te agradezco regalarme el leerme cada semana.
Feliz Navidad y feliz miércoles.
P.D
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Con cariño libre de virus,
J. McNamara, aka Geeknifer.
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