Crear es un privilegio
“La fantasía es escapista, y esa es su gloria. Si un soldado es apresado por el enemigo, ¿no consideramos que es su deber escapar? Si valoramos la libertad de mente y alma, si somos partidarios de la libertad, entonces es nuestro deber claro escapar y llevarnos con nosotros a tantas personas como podamos”.
Que la fantasía de esta carta te sirva para escapar. Esa frase de arriba la dijo uno de mis escritores preferidos, considerado un maestrazo de la fantasía: John Ronald Reuel Tolkien.
Hoy es un buen día para hablar de la libertad. Es 14 de julio y hace algunos ayeres los franceses tomaron la prisión de la Bastilla. Estaban hartos de tener reyes que se paseaban por palacios con vestidos insultantemente costosos mientras el pueblo se moría de hambre.
Pareciera que en la actualidad la libertad es un valor venido a menos. En general pensamos poco en ella. Pero qué bendición es tener libre albedrío cuando se trata de crear cosas.
A ver, sí: no soy ilusa. Sé bien que mi creatividad está influida por lo que he vivido y los sistemas en los que me crié. Pese a ello, también sé que gozo de un gran privilegio al tener un escritorio propio en el cual sentarme y decir: hoy escribiré una cartita... y tengo la libertad de elegir lo que quiero escribirte a ti.
Por eso, elijo ponerte a pensar: ¿cómo usas tu libertad?
*Un videojuego 🎮*
Vamos a dejar el 14 de julio de 1789 atrás y saltar hasta 1914, cuando inició la Primera Guerra Mundial. ¡Espera! No te voy a recomendar un juego tipo shooter, sino uno con una historia de lo más conmovedora. Este videojuego fue lanzado en 2014, recordando el centenario del inicio de la Gran Guerra y relata las experiencias de varios personajes en Francia que tienen que participar en varios frentes. ¡Con perrito incluido!
Seguimos a cuatro personajes. En un primer momento tenemos a Karl, un ciudadano alemán con familia en Francia. Al principio de la guerra, estos ciudadanos eran deportados de regreso a Alemania, por lo que Karl es forzado a pelear en el frente alemán y abandonar a su esposa e hijo. Mientras tanto, su suegro, Emile, pelea por el lado francés. En el camino, Emile se topa con Freddie, un ciudadano americano que se ha enlistado como voluntario para ser ingeniero en el ejército francés. Sumados a estos tres personajes, podemos usar a Anna, una enfermera que busca a su padre y a un perrito rescatista llamado Walt.
El juego es sencillo de entender. Tendremos que resolver algunos puzzles para avanzar en la historia y combatir contra ciertos enemigos. Lo valioso de esta obra, sin duda, es la trama, donde no somos los clásicos soldados de los juegos de guerra, sino personas que quieren volver a ver a su familia. Doble o nada a que lloras con el final.
Lo encuentras en iOS, Android, Steam y consolas de videojuegos (PS3 y PS4, Xbox 360 y Xbox One, Nintendo Switch).
*Un libro 📖*
¿Qué tal si les platico la historia de un escritor gringo que participó en la guerra civil estadounidense pero que tenía cierta obsesión con hablar sobre la religión? Un escritor que también fue periodista y cuya muerte está envuelta en el misterio porque desapareció nada más y nada menos que en México.
En este apartado quiero aclarar que me es imposible no tener editoriales favoritas. Y no, no es por sangrona, sino porque me gusta el diseño editorial y los libros lindos. Así pues, este escritor del que hablo ha sido recuperado varias veces por la editorial española Valdemar. Si te gustan los libros de terror y la literatura gótica y no conoces Valdemar: ¡te estás perdiendo de ediciones hermosas! Me encantan sus recopilaciones de cuentos de horror. Claro, tienen un gran problema: esta gusto me sale carísimo. De este particular escritor tengo El diccionario del diablo, que descansa entre mi Biblia y mi Tratado de historia de las religiones. Qué te digo: Puebla me hizo daño.
El escritor interesante es Ambrose Bierce. Participó en la guerra civil del lado de la Unión (los del Norte) y fue muy reconocido por ser un periodista ácido, con columnas cargadas de sátira. Hacia el final de su vida decidió cruzar hacia México y se sabe que se unió al ejército de Pancho Villa como observador. Lo que no queda tan claro es en qué términos estuvo con el caudillo, pues hay teorías que aseguran que Villa no lo apreciaba demasiado. Total, que Bierce desapareció. No se sabe qué pasó con él, aunque la tradición oral apunta a que murió en el sitio de Ojinaga en 1914, en Chihuahua, fusilado.
Me estoy yendo por las ramas, porque el libro que quiero recomendarte es de oootra editorial bellísima llamada Libros del zorro rojo. Y ellos tuvieron a bien sacar una versión ilustrada de la obra, quizá, más romántica de Bierce: El monje y la hija del verdugo, una novela basada en una historia popular alemana. No sólo tiene que ver con amor, sino con traición, muerte y un poco sobre la crueldad humana para juzgar a otras personas. Sí, esta editorial tampoco es barata, pero puedes pagar a meses sin intereses desde su página web. Vale la pena la inversión de verano, porque la novela está ilustrada por el argentino Santiago Caruso.
*Una rolita 🎵*
Voy a hacer una pausa en el tema de la guerra, pero no de la libertad, para hablar de una canción llamada "Love is a Force". Quiero recomendarte esta rolita en específico porque la persona que me presentó a Bill Callahan era un muchacho con el que pasé vaaarias horas hablando de historia. Por alguna razón que se me escapa, estaba especialmente interesado en la guerra de Vietnam y no perdía la oportunidad de recordarme que quizá soy pariente del señor Robert McNamara, quien tuvo a mal ser Secretario de Defensa de los Estados Unidos mientras ciudadanos americanos eran enviados a morir a Vietnam por una disputa bastante idiota.
Bill Callahan es uno de mis intérpretes favoritos desde que estudié la licenciatura. Tiene una voz grave sumamente encantadora. En esta rolita acompaña a la danesa Kira Stov, que a sus 17 años decidió ejercer su libertad y dejar su país para irse a Estados Unidos a tratar de convertirse en rockera. Creo que ahí la lleva, tú me dirás si oyes sus sencillos.
*Una minificción🖋️*
Muro baleado, Teresa Margolles (2009)
Sus manos rodearon el cuerpo del arma, apuntó a su objetivo lo mejor que pudo entre el frenesí y el caos y jaló del gatillo. La bala salió disparada en lo que pareció un intervalo infinito que se perdió entre el espacio y el tiempo, fue entonces cuando la munición cobró vida y conciencia. En ese cruce de realidades, el proyectil viajó por sus memorias y recordó ser una lanza que, sedienta de sangre, se hundió en el corazón de un humano. De un hermano. Aquella bala evocó entre sus memorias la empuñadura de un hierro que, sin piedad alguna, cortó la cabeza de un humano. De un hermano. Ahora, ella se dirigió a un nuevo blanco, como sus antepasados, iba a matar. Su dueño le había dado una misión: asesinar a un ser humano. Pero entonces, ese amo que había disparado para derribar a un enemigo, abrió los ojos desmesuradamente, pues la bala atravesó el cuerpo de un humano... De una hermana. El proyectil fue la lanza, la flecha y la espada despiadados de la historia que acabaron con tantas existencias y, glorioso, arrebató una vida más. La vida de una inocente niña. Misma que cayó sobre la arena, exhalando su último aliento. Estaba muerta.
***
Él se acercó y vio el cuerpo de la niña sin vida ya. La herida producida por su arma le pareció aún más horrible de lo que le transmitía su vista; la muerte no sólo era el cese de una existencia, sino que ésta lo convertía en un asesino impío. Ríos de lágrimas brotaron de sus ojos y se perdieron en sus ropajes sucios, que lo distinguían del resto de los mortales. Era un soldado y, por lo tanto, un homicida. Sus manos arrojaron el arma y abrazó el frágil cuerpo. Todo se había vuelto mudo. No era un silencio sepulcral, sino una calma pacífica entre el murmullo de balas cercanas. El hombre levantó la mirada al sentir que la palma de una mano se apoyaba en su hombro. Fijó la mirada en una mujer, de facciones idénticas a las de la niña y se sintió más miserable al ver las gotas de tristeza que se deslizaban por sus mejillas. Ella besó a la chiquilla, depositándola cuidadosamente en el suelo ahora sagrado. Y en un acto que no necesita explicación, acarició el rostro del asesino, quien se inclinó sobre su regazo. Ella arrulló al hombre, compartiendo la pena y palpando el sufrimiento converso. Ese gesto no fue de lástima: fue gracia divina, fue comprensión... y fue perdón.
*Una reflexión 💭*
Toma de la bastilla, Jean-Pierre Houël (1789)
¿Somos amos de nuestras decisiones? Si me preguntas, no me agrada la idea de creer en el destino. Todavía soy de esas que piensa que una, día a día, se forja su camino. Valga el cliché: somos arquitectos de nuestra suerte. Por eso es que la libertad hoy sigue estando en boga, porque cabe preguntarse qué hacemos con esta que nos tocó.
No importa si eres artista, estudiante, tienes una empresa o trabajas para alguien más, lo importante es que estamos en una posición en donde, estoy segura, no somos esclavos. Después de todo, aquí estás, a mitad de semana leyendo esta cartita a través de una pantalla. La libertad es un privilegio.
Y en este sentido, la pregunta no es si somos privilegiados, ¡todos los somos en mayor o menor medida! La verdadera pregunta es qué hacemos con estos privilegios. ¿Le pagamos al mundo lo que hemos aprendido y disfrutado? En esta libertad que tanto les costó a nuestros antepasados en diversas ocasiones, ¿cómo retribuimos?
De mi lado de la cancha sólo puedo recomendarte dar siempre tu máximo. Tenemos todavía mucho que hacer... ¿Ya empezaste? El miércoles es un buen día para hacerlo.
P.D
Como Facebook prometió desde sus buenos tiempos, este newsletter SIEMPRE será gratis. Pero el trabajo creativo no deja de ser trabajo. Así que te dejo este link por si quieres invitarme un cafecito, con la promesa de un día tomárnoslo en la misma mesa, y animarme a seguir con este proyecto y extenderlo a otros lares.
¡Hasta el próximo pinche miércoles!
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Con cariño libre de virus,
J. McNamara, aka Geeknifer.
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