Córtenme las manos, pero no la lengua
La andaluza hechicera, paloma arisca, por ti irradia, se agita, vibra y se quiebra, con el lánguido gesto de la odalisca o las fascinaciones de la culebra.
Me gustaría decir que esa fui yo describiendo el idioma español, pero sólo es Rubén Darío escribiendo como dios padre.
¿Qué te hace ser quien eres?...
Reformulo con algo que puede ser más sencillo: ¿qué cosas debo quitar para que tú ya no seas tú? En mi caso, puedo pensar en varios elementos por los que yo soy yo, pero uno de las que más me distinguen es, nada más y nada menos que el idioma que hablo todos los días.
Desde que tengo memoria me gustan las letras, desde que andaba de chismocita sobre crucigramas de periódico de mi mamá hasta que pude formar oraciones y escribirlas en papel. Sólo fue cosa de tiempo antes de encontrar en los idiomas caleidoscopios diferentes para ver el mundo. Aprendí inglés, luego alemán y, aunque nunca me gustó, tomé un par de semestres de francés en la universidad.
Pero conocer y escuchar distintos lenguajes sólo ha servido para convencerme de que la lengua que hablo, en la que escribo y me comunico es única y poderosa. Conocer personas de otros lares de Latinoamérica hace que refuerce todos los días lo imponente, rico y flexible que es el español. Es un idioma hermoso y esta semana, mientras pasas tus ojos por estas líneas, imagínate qué pasaría si te quitaran todas estas palabras: desde “increíble”… hasta “inefable”.
*Un libro 📖*
Mi abuelo estaba muy preocupado por mí cuando era niña. Pensaba que me estaba volviendo loca. Siempre que iba a su casa me veía leyendo, pero todos los libros que llevaba bajo el brazo traían fantasía de por medio: que si Harry Potter, que si la saga de El Legado, que si Tolkien o que si Memorias de Idhún (entre tantos otros). Según él, el consumo desmedido de fantasía no le haría nada bien a mi redacción o a mi mente. Y aunque hasta la fecha discrepo —pues a la Michael Ende, sí creo que la fantasía es una forma más amable de acercarnos a la realidad— sí que veo con buenos ojos el libro que me regaló para separarme de la fantasía…
La seducción de las palabras es un ensayo escrito por el periodista Alex Grijelmo (tiene varios libros de los que soy fanática. Si quieren un buen libro de consulta sobre reglas ortográficas, tengan en su librero La gramática descomplicada).
Este libro, La seducción de las palabras, es un recorrido por cómo usar nuestro idioma para crear belleza, enamorar, engatusar y hasta manipular gente. Grijelmo recoge ejemplos de todos lados, especialmente del periodismo y la publicidad. Estoy segura de que después de leer los capítulos que tratan de esto sentirás que te robaron.
La premisa de Grijelmo es sencilla: las palabras son muy poderosas porque son embriones de ideas y germen de pensamiento. Por como hablas, puedes conocer muchísimas cosas de ti. Creo que esta obra es una oda a los vocablos, que al final son lo que la mayoría tenemos para hablar de los sueños. Sólo por eso vale la pena pensar en ellos.
… Pobre de mi abuelo: este libro no me separó de la fantasía. Sólo me dieron ganas de escribir de ella, con palabras más adecuadas.
*Un producto 🔮*
¿No te pasa que ves un texto tuyo y sabes que algo tiene mal pero no sabes qué es? Imagínate tener una plataforma que pueda ser tu editor personal.
Mucha gente a mi alrededor ya conoce Grammarly. Un editor de textos en inglés que en su versión gratuita detecta un montón de cosas a mejorar. La versión premium es una joya.
Como Grammarly lo pone: escribir es de mortales, editar es de dioses. Y Lorca editor es una iniciativa muy parecida a su par inglesa, perfecta para nosotros, los hablantes del español. Además, al estar basado en machine learning, cada vez que alguien lo usa, este editor aprende.
Sé que tú no necesariamente eres de México, así que recomiendo que lo usemos, sólo para darle idea al editor de cómo usar con más soltura el español, no importando su latitud.
Oh, claro, además: es gratis.
*Una película 🎥*
Estás en una tierra donde tienes prohibido hablar en voz alta en la calle. Tu padre es un profesor que perdió una pierna en la guerra y, por defenderte a ti, una niña, acaba en la cárcel. A tu madre la muelen a palos en la calle cuando trata de llegar a la prisión para ver a su esposo.
Me encantaría decir que esto es pura ficción.
Hago una pausa en el tema del español porque hay otra situación en boga que no quiero dejar de lado. En los últimos días se ha vuelto tendencia Afganistán. Si quieres entender un poco del drama que se está viviendo en sólo hora y media, puedes ver este documental (tiene dos partes). Pero en realidad quiero recomendarte otro producto a propósito de esto.
Si te gusta la observación y tienes buena memoria recordarás que, hace unas semanas, cuando recomendé Loving Vincent, dije que había dos películas animadas que podrían haberle hecho competencia a Coco si no fuera por la hegemonía de Disney.
Llegué a esta película en Río Churubusco, en la Ciudad de México. De verdad: era un día que estaba harta de todo (venía del trabajo donde me sentía miserable) y casi no había tráfico. Puse alguna de esas estaciones que ya nadie oye en la radio y había un programa de bandas sonoras. El locutor presentó este soundtrack compuesto por Jeff y Mychael Danna. Yo sabía que esos dos eran buenos para componer música celta, pero lo que oí sonaba a medio oriente e historias nocturnas. La película se llamaba The Breadwinner y está en Netflix.
Di con la película y me quedé helada tras verla. He visto pocos filmes así de conmovedores en la vida, que comprueban que si nos quitan la capacidad de contar historias estamos destinados a la pena total. Sí, sí, The Breadwinner puede parecer una película animada y, por tanto, ser erróneamente catalogada como un filme infantil. Para nada. Lo que relata es justo lo que sucede en un país controlado por los talibanes, justo en el año que Estados Unidos entra en escena, 2001. Vela con una caja de kleenex junto.
*Una playlist 🎵*
No podía dejar, dadas las circunstancias, esta sección vacía. Quería recomendar la canción de uno de dos grupos españoles que me gustan mucho, que tienen el gran valor de componer unas letras increíbles.
Tal vez mi aseveración puede parecer exageración, pero creo que ambos grupos tienen canciones que parecen sacadas de poesía modernista, como la que escribía Ruben Darío. Me encantan las canciones en español que juegan con la musicalidad natural del idioma y creo que estos cuates hacen esto.
Y como no me decidía, simplemente agregué varias rolitas de estos dos grupos a una playlist que dejo aquí. Los dos grupos son Izal y Vetusta Morla (a quienes amo no sólo por sus canciones sino por rendirle homenaje a Michael Ende en su nombre).
Espero la disfrutes en esta mitad de semana.
*Un glosario🖋️*
Estoy convencida de que es importante jugar con la manera en la que hablamos. Las personas que me conocen saben que tiendo a inventarme palabras para describir cosas que simplemente no sé cómo expresar. Así pues, te dejo 10 palabras inventadas, en desorden, porque el ABC no está de moda.
1.-Bisbirulo
Tamb. Bisbirulitos
m. Jenn. Dícese de las pequeñas motas de polvo voladoras que se ven en las mañanas a contraluz de ventana.
2.-Ñofi
adj. Jenn. Estado de ánimo caracterizado por un malestar cercano al enojo enternecido.
3.-Chicuiscuis
adj. Jenn. Estado de sufrimiento provocado por falta de abrazos en una persona ruda.
4.-Vacimar
m. Enfermedad emocional causada por la ausencia de mar en el alma.
5.-Precicacao
m. Necesidad de un chocolate de emergencia.
6.-Psicoscara
f. Malestar general físico derivado del malestar emocional.
7.-Aborrezar
tr. Tener ganas de darle un apapacho y romperle la nariz a la misma persona.
8.-Regalista
adj. Dícese de la persona capaz de crear y/o dar regalos perfectamente adecuados para el destinatario.
9.-Sorprendector
adj. Dícese de aquel que sabe proteger el corazón de otro mediante la entrega de sorpresas. U. t. c. s
10.-Trupitrupi
m. y f. Jenn. Sustantivo carente de significado, utilizado como comodín ante cualquier palabra designada por el hablante del que se olvide el verdadero nombre.
*Una reflexión 💭*
Estamos a mitad de semana y yo ya siento que es una sumamente intensa. Especialmente porque hubo una cadena de sucesos que me recuerdan que, un día, quiero vivir nada más de las cosas que escribo.
Me topé con una mujer que me dijo: si tienes el don de la palabra, sería una grosería que lo desperdiciaras. Mi terapeuta suele decirme algo parecido: no puedes privarle al mundo de lo que mejor sabes hacer (me gusta creer que eso que mejor sé hacer es escribir y hablar ante un micrófono). Y, resulta ser que tomé un grandioso curso de storytelling (porque jamás dejas de aprender aunque sepas cuál es tu oficio) y escuché varias cosas que me resuenan. Como que una escoge sus pasiones. Algo hay de eso, para ejercer el talento hay que decidir sacarle provecho.
Por supuesto que no me creo García Lorca o Ruben Darío, pero sí sé que las palabras, el español, ha dado forma a todo lo que soy y da forma a mis días futuros. Así como conozco compañeros diseñadores que saben pensar en imágenes, yo veo las escritura como un eterno juego en el que acomodar letras y frases puede, ya no digamos crear belleza, sino hacerte conectar con otra persona.
Hoy sólo quiero que te quedes con este idioma mediante el que nos entendemos; que lo ocupemos, lo destrocemos, lo reinventemos y, claro... que nos mandemos cartas con él.
P.D
Como Facebook prometió desde sus buenos tiempos, este newsletter SIEMPRE será gratis. Pero el trabajo creativo no deja de ser trabajo. Así que te dejo este link por si quieres invitarme un cafecito, con la promesa de un día tomárnoslo en la misma mesa, y animarme a seguir con este proyecto y extenderlo a otros lares.
¡Hasta el próximo miércoles!
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Con cariño libre de virus,
J. McNamara, aka Geeknifer.
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