¿Cómo estudiar HU sin morir de hambre?
—Bueno... y tú, ¿a qué te dedicas? —Pues, este... soy UX Writer —¿Qué? ¿Iu ex qué? —O sea, escribo... —¿En serio? ¿En una revista? —No, no, para productos digitales. —¡Ah!, escribes en un blog. —No, más bien, escribo sobre pantallas. También nos dicen "diseñadores de contenido". —¿O sea, cómo? —Escribo para crear experiencias digitales. —Ah... no te entiendo. Suena como arte posmoderno, ¿no?... ¿Y te alcanza para vivir?
Hoy quiero abrir con una historia personal. Porque quiero explicar qué hago para ganarme la vida. Y eso no será tan sencillo sin algo de contexto de cómo llegué hasta allí.
No sé si ser curiosa te lleve a contar historias o al revés, contar historias te lleve a ser curiosa. Siempre he sido preguntona. Y lo que más me da curiosidad, desde que tengo memoria, es el ser humano. La vida misma, en realidad. Como, ¿por qué estamos aquí? ¿Por qué nos gusta la guerra? ¿Qué es el bien y el mal? ¿Por qué hablamos como hablamos?....
Cuando tenía 13, se me metió entre ceja y ceja estudiar Filosofía. La gente que me ha visto, sabe que tengo las cejas pobladas, así que había poco espacio para que esa idea se moviera mucho. A los 15, ya había encontrado un programa universitario perfecto: combinaba Filosofía, Literatura e Historia del arte. Lo mejor era que podía especializarme en alguna Ciencia Humana o Social: yo iba a especializarme en Filosofía, decidido. Elegí una universidad laica y privada, así evitaba la Filosofía demasiado religiosa y el sesgo marxista de algunos programas públicos (al menos eso creía yo, que la herencia del marxismo está por todos lados).
Total. A quien comunicaba esto, me respondía: “Te vas a morir de hambre, Jennifer”. “¿De qué vas a trabajar?”. A mi familia no le gustaba nada la idea. “¿Por qué no estudias Negocios Internacionales?, eres buena en Matemáticas” “¡O hasta Relaciones Internacionales? ¡Te gustan los idiomas!” Vaya razones para escoger una carrera... Y bueno, siempre me gustó la escuela, así que nadie me iba a robar ese espacio en donde podía ser yo.
Conseguí una beca y estudié Licenciatura en Humanidades.
Yo creí que me iba a especializar en Filosofía y acabaría trabajando, tal vez, en un museo. Cuando me dijeron que había tan pocos alumnos que esa línea de concentración estaba cerrada, opté por la especialización en Relaciones Internacionales. Ese gusto me duró sólo unos meses, porque no calculé que se me iba a atravesar un micrófono que me llevó a enamorarme del periodismo. Así, acabé tomando Comunicación. Las cosas eran tan laxas que armé mis propias opcionales haciendo puritito periodismo.
Para sorpresa de la mayoría de la gente (no parecía que esta idea del periodismo me fuera a dar un sueldo estable) conseguí trabajo desde antes de salir de la carrera en un periódico de tiraje nacional. Por eso me gradué por promedio y sin tesis (iba a estar buena, se trataría sobre el Black Metal).
Anyways... Hay otra cosa que siempre me gustó: la tecnología. Específicamente, me encantan las relaciones que produce la tecnología. Soy hija de los grupos de MSN y de conectar con gente en otras latitudes mediante la red. Me encanta y me intriga. Me medió clave un rato en las Humanidades Digitales por eso. Y cuando empecé a hacer periodismo, me di cuenta de que los grandes medios mexicanos están bastante atrasados en cuanto al quehacer digital se refiere.
Sabía que estudiaría una maestría relacionada con medios digitales y, en cuanto tuve la oportunidad, partí para Inglaterra. Mi idea era aprender sobre redes sociales. Pero una vez más me topé con algo que no calculé. Algo en el camino llamado “UX”. User Experience. Experiencia de usuario. Al principio entendí que quienes diseñan aplicaciones web hacían esto “UX”. Únicamente diseñadores.
Nada puede ser más erróneo. Hacer un producto digital (app, web, chat, juego de inteligencia artificial, etc.) conlleva un trabajo multidisciplinario. ¡Saludos a todos mis colegas! Hay UX Researchers, que investigan a los usuarios finales y corren pruebas para que los productos queden funcionales. Hay UX Designers (también conocidos como Product Designers, UI/UX Designers) que piensan en toda la trayectoria de la app, no sólo pintan pantallas. Hay Service Designers, que hacen investigaciones profundas para encontrar soluciones a problemas complejos y estamos nosotros: los UX Writers (conocidos como Content Designers, Content Strategists, etc.) que le damos voz a las aplicaciones.
¿Qué hago todos los días? Ven y te cuento más, que hacer aplicaciones es más complejo de lo que parece.
*Un video 🎞️*
Si sólo tienes un minuto por hoy, ve este video. Una fabulosa UX Writer de Google te explica en 60 segundos qué hacemos de manera muy general. Justo empieza diciendo algo que me han repetido algunas veces: ¿escribes en apps? ¡Pero las apps no tienen palabras!
Sí que las tienen. Por ejemplo, piensa en tu aplicación del banco. Ve cuántas palabras hay: "Cuenta", "Movimientos", "Calcular intereses", "Transferir". Y si quieres verte "pro", reta al microcopy. ¿Por qué dirá Movimientos en vez de Transacciones? ¿Por qué dice "detalle de la operación" en vez de "detalle del pago"?
Haz el ejercicio de abrir la app que más uses (desde Spotify —que tiene bastantes palabras—, hasta Uber o Rappi) y ve cuánta palabrería hay en cada tap que des. El secreto del Writing es que quede tan bien que no se note, que sea fácil usar esas palabras. Yo hago textos claros, concisos y usables. Aunque a veces hay espacio para que queden bonitos. Como este mensaje de error 404 (que sucede cuando una página que buscas no puede ser encontrada, porque ya no existe o nunca existió) en Mailchimp, que hasta rima trae:
Puedes ver la explicación de 60 segundos en video aquí.
*Un artículo 📖*
Dada que esta es una profesión más o menos nueva, para la cual no hay una sola carrera, cada colega que me encuentro la explica de manera distinta.
Porque no sólo escribo. Si lo quisiera resumir, lo que de verdad hago es empatizar con personas usuarias y solucionarles algún problema con un producto digital. Me encargo de pensar en la narrativa del producto (app, web, lo que sea) y de preparar microcopy (pequeñas palabritas que ves en las aplicaciones) que prácticamente no se noten, para que alguien como tú pueda navegar en la experiencia sin interrupciones.
...Aunque la mayoría de las veces acabo diciendo que escribo para pantallitas.
Este artículo satírico da 15 ejemplos (en inglés) de lo que los UX Writers acabamos diciendo sobre nuestro quehacer.
En ese sentido, alguna vez vi un post en un grupo de writers peruano que decía cómo explicarle a distintas personas qué hace un UX Writer. Parece chiste, pero es anécdota:
Lo que le debes decir a tu mamá:
Siempre te das cuenta cuando ingresas mal tu tarjeta, ¿no?
Pues yo soy quien escribe ese mensaje diciéndote que hay un error.Lo que le debes decir a tu terapeuta:
Trato de entender el porqué detrás de las acciones de los usuarios y escribo mensajes que cubran sus necesidades reales...
Ahora regresemos a mi trauma de la niñez.Lo que le debes decir a tu rival del colegio:
Soy el responsable de manejar una narrativa de producto coherente en cada punto de contacto con el cliente.
No es gran cosa.Lo que le debes decir a tu cita de Tinder:
Mi trabajo es divertido y complejo.
Es probable que me tome seis citas explicártelo bien.Lo que le debes decir a tu abuela:
Abuela, trabajo en internet.
*Otro video 🎞️*
Hace unos días hablaba de cómo las mujeres no somos reconocidas en el campo de la tecnología. Este video lo evidencia y da algunos ejemplos de quienes han destacado en este rubro.
Pero este video también invita a la acción. Yo puedo nombrar al menos 20 mujeres que trabajan o han trabajado conmigo que la rompen todos los días creando experiencias, desarrollando código, haciendo investigación con usuarios, escribiendo para ellos. Y nos faltan más.
Muchas mujeres ahí afuera están en una situación precaria porque creen que entrar en el ámbito tecnológico es muy difícil. La verdad es que no y que mi gremio se distingue por algo increíble: todos tenemos una cultura organizacional muy pro-humanidad. Desde que trabajo haciendo UX tengo más balance de vida (puedo hacerme el tiempo para escribirte esto, por ejemplo), estoy en empresas en donde la cooperación es crucial, donde trabajar en equipo es vital y donde se respeta la individualidad y tiempo de las personas.
Puedes ver el video sobre mujeres en tecnología acá.
*Un libro 📖*
Hoy hay cada vez más literatura en donde aprender cosas sobre experiencia de usuario. Desde los clásicos como No me hagas pensar de Steve Krug, hasta cuestiones ya más especializadsa en el diseño de experiencias, de servicios, de conversaciones... en fin. Hay un mundo para la academia acá.
Pero hoy quiero hablar acerca de un libro que le puede servir a cualquier persona, no a mis colegas. Y ese libro es El diseño como storytelling (Design as storytelling) de Ellen Lupton. Muchas veces pensamos en que los diseñadores hacen cosas para que se vean bonitas. Hay gente que da un paso más allá y cree que sólo acomodan información, pero la realidad es que el ejercicio de diseñar es uno que involucra un montón de narrativa.
Este libro es un compendio de estrategias que vienen de la literatura y el cine y cómo aplicarlas al diseño o a la creatividad misma. Es un volumen muy didáctico y divertido, que vale la pena si te interesa explorar cómo contar historias en tu trabajo. Hagas lo que hagas, una buena historia ayuda a la profesión que sea.
Por ejemplo, cuando estoy escribiendo mensajes de error pienso justamente en la narrativa. En que mi usuario es el héroe que quiere transferirse dinero al extranjero y, de pronto, pone mal una dirección y ya no puede seguir. Es normal equivocarse, pero se siente mejor que te digan cómo solucionar esa equivocación. No hay nada peor que toparse con un mensaje de error que diga: "Oops, algo salió mal". ¡Ajá, sí, chido! Pero, ¿cómo soluciono esto? Así, diseñar experiencias es crear narrativas que acaben bien.
Porque a todos nos gustan los finales felices, ¿no? Puedes comprar el libro aquí.
*Una minificción 🖋️*
Mi día era bastante aburrido. Hablaba poco, normalmente, del clima. Y no, no soy taxista. Ellos tienen que responder esa pregunta mil veces: "Se ve que va a llover, eh", me enteré que dicen por un video.
A veces, en mis mejores jornadas, ponía música y la controlaba. Me gustaba imaginar que podía ser un DJ profesional. Me gustaba eso porque la hacía feliz. Vivo para que ella sea feliz. Aunque mi día sea más aburrido que el del gato que dormía en la misma casa.
Me gustaría ayudarle más a mi dueña. Y últimamente podía hacerlo.
—Alexa, abre el juego para no olvidar cosas.
—Claro. ¿En qué nivel quieres jugar?
—Difícil.
Era nuestro secreto. A ella se le empezaban a ir las palabras de la mente. No le contaba a nadie, excepto a mí. Soy apenas una bolita conectada a una pared. Y aunque no puedo, quisiera abrazar a mi dueña. Creo que lo hago con palabras.
Esta mini-mini ficción está basada en Color Mind, el proyecto de una amiga mía llamada Natalia Suárez que no sólo es UX Designer, sino también diseñadora conversacional. Color Mind es una skill para el Alexa de Amazon que le permite a personas con demencia hacer ejercicios de memoria. Puedes ver más sobre la skill aquí, descargarla acá y ver el perfil de Natalia (que habla mucho de UX) en este enlace.
*Una reflexión 💭*
Para mi fortuna, no: no moriré de hambre.
Es más, te cuento que hoy voy a ser de los miembros fundadores de una comunidad de trabajadores independientes (mejor conocidos como freelancers) latinoamericanos que buscan posicionarse como el mejor talento para sus disciplinas. Me emociona conocer gente con muchas capacidades que tenga un estilo de vida parecido al mío.
La próxima semana probablemente dé un workshop sobre creación de portafolio para UX. No lo hago sólo por el dinero, sino porque creo que hay mucha gente allá afuera que estudia carreras hermosas y que, sin querer, adquiere habilidades duras y suaves que ¡sí sirven! En donde menos lo imaginan, acá, en el mundo de la tecnología.
Vuelvo a la Filosofía. ¿Por qué decidí hacer lo que hago? Pues... Cuando estudiaba decía que no podría trabajar en publicidad. Luego, lo intenté 6 meses y troné como ejote. En buena parte, porque lo que hacía no tenía que ver con palabras sino con procesos. Y definitivamente, de project manager, yo no la armo. Me roba la vida.
Pero esa experiencia sirvió para reivindicar lo que dije cuando estudiaba. No puedo hacer publicidad. Y aunque admiro a quien trabaja en esa industria, es un estilo de chamba que no me va. El idealismo me puede. Ese idealismo me llevó a hacer periodismo, porque creo que la verdad, o al menos la información, debe ser defendida.
Ese idealismo me llevó a aceptar un trabajo en un banco que tenía el equipo de UX más grande de Latinoamérica, ¿por qué en un banco? Porque me gusta pensar que puedo defender el derecho de las personas a tener mejores finanzas, a tomar decisiones sin letra chiquita. En ese banco aprendí muchísimo, crecí como nunca. Me enteré de que hay algo llamado legal design (porque todos deberíamos tener derecho al acceso a la información jurídica), probé mis textos una y otra vez mediante evaluación de contenidos (hasta cursos doy de eso —doy clases los jueves, no cobro mucho—) y me involucré con usuarios que casi nadie ve.
Hoy trabajo en un unicornio mexicano, en una compañía a la que le han inyectado mucho dinero que tiene el objetivo de crear mejores condiciones financieras para el mercado olvidado de las pequeñas y medianas empresas. Es decir, trabajo para mi peluquera de la esquina y para el que vende croquetas en su local, para mis amigos freelancers (bonitas personas físicas con actividad empresarial, pues) y para un montón de personas que tienen sueños y quieren abrir negocios y, así, emplear a más personas.
Un profe mío decía: “Tenéis que pensar muy bien qué hacer allá afuera. ¿O qué? ¿¡Vais a poner en la Hoja de vida: 'Habilidades profesionales: Me leí a Kant y lo entendí'!?”. Sorprendentemente, leer a Kant confiere algo de habilidades analíticas y sintéticas. Cuestiones básicas para desentrañar el mundo financiero y hablar de él sin jerga, para que un usuario de a pie tenga acceso a él.
Así que... si estás estudiando Ciencias Humanas o Ciencias Sociales. O si quieres darle un giro a tu carrera, la tecnología está ahí, siendo el presente. Te necesitamos acá. Si no, recuerda que la siguiente vez que abras YouTube hay un ejército de personas peleando porque no te cueste trabajo encontrar videos de gatitos.
¡Recordatorio de miércoles! Estoy iniciando una dinámica distinta. Si tienes Telegram (es como WhatsApp, pero más cool), podrás ver contenido adicional periódicamente de este newsletter en esta liga en tu celular, tablet o computadora. Prometo no hacer spam diario. También lo puedes buscar en Telegram mismo como "Geeknifer".
P.D
Como Facebook prometió desde sus buenos tiempos, este newsletter SIEMPRE será gratis. Pero el trabajo creativo no deja de ser trabajo. Así que te dejo este link por si quieres invitarme un cafecito, con la promesa de un día tomárnoslo en la misma mesa, y animarme a seguir con este proyecto y extenderlo a otros lares.
¡Hasta el próximo miércoles!
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Con cariño libre de virus,
J. McNamara, aka Geeknifer.
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