Amazon Prime es muy hipócrita 🧝🏿
La serie 'Los anillos de poder' da para hablar sobre el racismo real, el bien y el mal, y en qué significa ser un buen fan.
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No podemos elegir los tiempos en los que nos toca vivir, lo único que podemos hacer es decidir qué hacer con el tiempo que se nos ha dado - Un mago muy sabio llamado Gandalf.
En un giro extraño de acontecimientos, gracias a una amiga que seguía las cuentas correctas en Instagram, participé en una dinámica para ganarme boletos para la premier de Los anillos de poder, que fue hace hace un par de semanas.
La serie se estrenó oficialmente el 2 de septiembre en Amazon Prime y ya está considerada como la más cara de la historia. Y se nota. Es visualmente impresionante.
Para la dinámica de los boletos, la convocatoria recomendaba hacer cosplay (vestirte como algún personaje de la serie). Yo no tenía na-da para disfrazarme… Y también sigo pensando que mi ridiculez tiene un límite.
Tomé mi libreta de El hobbit y escribí una especie de mensaje de auxilio en el alfabeto tengwar, el usado por los elfos. La cosa pegó, porque sí me gané los boletos.
Quédate conmigo, ¡no hay spoilers!, y la serie sólo será un pretexto para hablar de la espiritualidad, la hipocresía, el racismo y la bondad.
Un libro 📕
Lo que voy a recomendar no fue escrito por Tolkien. Hago el apunte de que si jamás has leído algo de él, comiences por El Hobbit, sigas con El señor de los anillos y acabes en El Silmarillion.
Sí hay una razón adicional para que me guste tanto la escritura de este señor que nació a finales del siglo XIX. Como toda buena obra de fantasía, la de Tolkien es una metáfora para hablar de cuestiones profundas: el bien y el mal, el poder, la corrupción y la industrialización.
Este hombre era bastante cristiano. Si lees —o ves— El señor de los anillos, con los ojos de alguien (POV) que peleó en la Primera Guerra Mundial y era creyente, TODO tiene más sentido.
Tolkien tuvo parte de la culpa para que C.S. Lewis, el creador de Narnia, se convirtiera al catolicismo. Y ambos reflejan toda una cosmogonía interesantísima.
A Hobbit, a Wardrobe, and a Great War, de Joseph Loconte, hace un recuento de cómo ambos autores participaron en la Primera Guerra Mundial y cómo esto afectó los temas que abordan en sus obras, incluyendo el asunto de Dios.
Si eres fan de cualquiera de estos mundos, vale la pena adentrarse en este libro por el contexto social y político que se puede entrever en las obras.
Cualquier escena de guerra de El señor de los anillos tiene más profundidad cuando sabes que su autor casi muere en la batalla del Somme.
Y también se puede entender por qué Tolkien hace una crítica a la industrialización a partir de su amor por la naturaleza. Si has visto o leído Las dos torres, seguro recordarás cómo la “industria” mata árboles para producir orcos versión remasterizada y espantorrípida.
Para saber todo acerca de cómo la Primera Guerra cruza el corazón de Narnia y la Tierra Media, puedes conseguir el libro en este enlace en inglés. Si deseas tenerlo en español sale bastante más caro. Puedes adquirirlo en Amazon o Casa del libro.
Un producto 🔮
Hay muchísima memorabilia allá afuera basada en el Imaginarium (todo el mundo creado por alguien) de Tolkien. Lo último que vi me fascinó (y sé de buena fuente que mi familia planea dármelo para mi cumpleaños).
La compañía de teclas mecánicas Drop sacó varios sets para celebrar a El señor de los anillos. Uno con alfabeto de runas, como el que usan los enanos, y otro más con los símbolos que usan los elfos.
Si eres un fan y tecleas bastante (y te encanta el escándalo de los teclados mecánicos como a mí), puedes conseguir el tuyo en la página de Drop a través de este enlace.
Una minificción 🖊
Agradezco a @ehauvery por su participación en el audio de esta parte.
—Te voy a leer algo que escribí.
—¿Ahorita, ahorita?
—Sí.
—¿Es largo?
—No. Es para ella.
—Pues ya qué.
—Ejem: Tus ojos son unos de mil caras. Brillan como la plata a la luz del fuego, como el agua bajo el sol, como la nieve bajo las estrellas, como la lluvia sobre la Luna. Tu belleza me quita el corazón de encima, contigo las sombra es cosa pequeña y pasajera: hay luz y gran belleza fuera más allá de mi alcance.
Tu voz es un canto, de claridad y estridencia, que me hace olvidar la guerra y en la que doy la bienvenida a la mañana que en el cielo, muy por encima de las sombras de la muerte, llega con el alba.
A tu lado, la cortina de lluvia gris se convierte en un cristal plateado y se descorre, y veo costas blancas y, más allá de ellas, un país verde lejano bajo un amanecer rápido.
Quiero irme contigo, pensando hacia regiones donde el dolor y el deleite fluyen juntos y las lágrimas son el vino mismo de la bienaventuranza.
… ¿Qué te parece?
—Suena de hueva.
—Es una carta que hice a partir de pasajes de El señor de los anillos, El Hobbit y El Silmarillion.
—¡Ay, no mames! Nadie se va a enamorar de ti con eso.
En eso, él se equivocaba. Allá afuera, a ese escritor de poemas engarzados lo esperaba un rayo de Valinor… en forma de mujer.
Unos datos curiosos 🧐
Aptos si ya viste los dos primeros capítulos de Los anillos de poder.
¿Por qué Elrond no puede entrar al consejo con los elfos altos? Toma aire. Elrond en realidad es sólo mitad elfo. Su hermano, Elros, fue el primer rey de Númenor, antepasados de Isildur. Sí, sí. Te doy un pequeño tiempo para que ates cabos. Ajá. Arwen es una tía lejana de Aragorn. A Monterrey le gusta esto.
¿Por qué todo el show se llama El señor de los anillos? Bueno, pues porque Sauron fue el que tuvo la idea de andar forjando anillitos. Así que como la serie sucede en la Segunda Edad, ¡Sauron sale porque sale!
¿Qué onda con los “Pelosos”? Los pelosos son una subcategoría de hobbits, más pequeños y morenos, de acuerdo con Tolkien.
El calendario de los humanos de Númenor (a los que SEGURO conoceremos en el capítulo 3 de la serie) es igual al nuestro. Así que si quieres conocer más de la historia de la Tierra Media, con día, mes y año, puedes seguir la cuenta middle_earth_companion en Instagram que recopila todo lo que pasó ese día en la Tierra Media.
Una reflexión 💭
I: Relájate un montón
No hay nada tan odioso como un hard-die fan. Es decir, una persona que se toma un producto cultural como si fuera un libro sagrado.
Me parece respetable que los fans defendamos las obras originales. E incluso nos puede chocar una adaptación. Confieso que no vi las últimas tres películas de Harry Potter hasta el año pasado (sí, hasta el año pasado), porque mi libro favorito es el sexto y el actor que la hace de Dumbledore me choca.
Concedo que estaba en un error, porque son buenas adaptaciones. Y esa idea no tiene por qué pelear con que Dumbledore me sigue pareciendo mejor en los libros.
Cuando una obra está basada en otra, no tiene por qué ser una copia fiel. En ocasiones se presentan en medios distintos (libro vs película) y, la mar de las veces, las épocas en las que son creadas son distintas.
Desde que salió el primer trailer de Los anillos de poder, casi que hubo gente que se levantó en armas porque había una enana oscura, ¡y, oh! DESGRACIA: un elfo de tez morena.
A ver. En El Silmarillion hay sólo DOS capítulos dedicados a la temporalidad que se expone en la serie, la Segunda Edad, lo demás lo tenemos por referencia de apéndices y escritos que no fueron publicados mientras el autor estuvo vivo.
¡Estamos hablando de un mundo fantástico! Y Tolkien no se toma la molestia de describir a personaje por personaje. Es más, él nunca dijo que los elfos fueran blancos o de orejas puntiagudas.
II: Amazon Prime es sumamente hipócrita
Amazon Prime, sin embargo, me parece sumamente hipócrita. Mientras que en su serie enarboló que es una compañía súper inclusiva, la vida real es algo distinta.
El día de la premier, los fans esperamos más de una hora para ser trasladados a una “locación secreta” bastante temprano (el antiguo Colegio de las Vizcaínas, chulísimo). En este país, cuando hay una locación secreta, piensas en lo peor. Si eras Godín de oficina, imposible llegar a la cita. Viva el trabajo remoto.
Eso sí, los influencers pudieron llegar sin mayor problema.
Nosotros esperamos otras dos horas para un breve encuentro con el reparto. Ahí sí, todo felicidad.
Hasta que el escritor de la serie nos dijo que quería escuchar nuestra opinión en la cena. Y claramente no fuimos invitados.
No nos dieron agua o comida. Durante la proyección hubo palomitas y gomitas, pero no agua estilo VIP como sí le hicieron llegar a los influencers. Hubo una cena después y los fans no fuimos requeridos.
El acabose sucedió cuando ciertas personas (que casualmente no eran blancas) fueron escoltadas por personal de seguridad para ir al baño. A mí no me tuvieron que escoltar. Tristísimo.
Más allá de andar viendo si la enana de la serie tiene o no barba (habría sido un lindo detalle), habría que recuperar el sentido de inclusión propia de la fantasía en nuestras propias vidas.
Pero bueno, si quieres leer mi opinión de la serie, ¡incluyendo cómo ayer estaba muerta de risa por un cura discutiendo por qué la serie era una TRAICIÓN a Tolkien!, tengo un canal de Telegram donde ahondaré en esto y en donde puedes darme todas tus dudas y puntos de vista.
¡Hasta dentro de dos miércoles!
¿Es tu primera vez? Te dejo más cartas aquí.
Con cariño libre de virus,
J. McNamara, aka Geeknifer.
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