3 maneras de cuidar tu salud mental
El sol se esconde y tenemos más tiempo para reparar en nuestros miedos, en la manera de afrontarlos y en cómo cuidar de nuestra cabeza.
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Oficialmente, estamos en la recta final del año. Eso significa que ha llegado una de las temporadas más emocionantes para el contenido de esta cartita: octubre y noviembre, cuando el otoño reina y la oscuridad se cierne sobre nuestras cabezas.
En otras palabras, ha empezado la spooky season. Casi huele a guayaba y a cempasúchil. Y huele también a miedo.
Entre las cosas que más nos dan miedo está perder la cabeza. Apenas oía una conversación en donde algunas personas discutían que les da más miedo el dolor que la muerte (no es mi caso). Pero más allá, estoy segura de que nos da terror que nuestra mente deje de funcionar.
Hoy, la salud mental es tema de todos los días y el estigma alrededor de ella se empieza a borrar. En muchos círculos, ya no está mal visto decir que vas al terapeuta; aunque en otros está mal visto que jamás hayas ido con uno. Lo cual me parece igual de lamentable que la primera aproximación.
En esta cartita que inaugura el último trimestre, te dejo tres maneras a manera de recomendación para seguir cuidando tu cabeza.
Unos libros 📚
La primera manera de tener salud mental es ejercer la empatía.
En este último par de años, algo que me ha ayudado a entrar en la cabeza de los otros es leer y he leído algunos libros relacionados con neurodivergencias y salud mental.
Este volumen trata sobre las neurodivergencias genéticas que nos roban la identidad. ¿Qué pasa cuando el ser que más amamos pierde sus recuerdos? Eso aborda la novelista Aki Shimazaki, cuando su protagonista, que vive en un asilo, se entera de que su mujer ha perdido aún más la memoria y que, por alguna razón, tiene muy presente en la cabeza a un director de orquesta.
Luna llena no sólo trata sobre el amor de pareja, sino sobre el amor que no tiene reparos y que se abre a lo que hubo en el pasado y lo que eso puede sellar para el futuro.
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Así como es difícil vivir con una neurodivergencia, también es complejo vivir con alguien que tiene una, sobre todo cuando somos pequeños… de eso nadie me cuenta.
Olivier Bourdeaut relata en Esperando a míster Bojangles las peripecias de una paciente esquizoide desde los ojos de un niño, lo que confiere a esta aproximación de un aire inocente, que incluso resulta mágica.
Me voy enterando de que esta novela fue llevada al cine, pero no puedo juzgar la película porque no la he visto. Lo que sí puedo decir es que las neurodivergencias se hacen más fáciles de explicar con la inocencia de alguien que no tiene mucha idea de lo que pasa.
Al final, quizá la locura nos fascina porque nos hace pensar en posibilidades que jamás se nos habrían ocurrido.
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Una serie 🎥
La segunda manera de mantener nuestra salud mental es entendiendo la mente misma. Sin duda el cerebro y sus caprichos son un tema fascinante pero que puede ser muy aburrido si se aborda desde puro artículo académico. Con perdón de los profesionales que se dedican a hacer papers.
Afortunadamente, Netflix y Vox tienen varias series de explainers y hay una muy entretenida llamada La mente, explicada.
Dale oportunidad al primer capítulo que trata sobre nuestra ¿poca? capacidad para enfocarnos. Quizá aprendas un par de cosas de cómo trabajar horas sin pensar en ese ruido que está detrás de ti y que acabas de notar.
La puedes encontrar en Netflix aquí.
Un producto 🔮
¿A ti no te pasa que luego lees libros para mantener tu salud mental y resultan muy repetitivos?
Para nuestra suerte, aprender en la era del internet puede ser de lo más sencillo.
Imprint es una app que lo demuestra, pues “resume” varios libros a manera de stories, como si fueran de Facebook o Instagram. Es un must si quieres perder el tiempo… y a la vez invertirlo.
Puedes descargarla para Android o iOS.
Un videojuego 🎮
La tercera manera de tener salud mental es conocernos a nosotros y nuestra historia de vida. Esto se hace mucho más fácil con ayuda de un terapeuta. Pero cuidado, porque nuestra mente luego oculta cosas…
¿Hasta qué punto puede afectarnos un trauma? ¿Por qué a veces nuestra mente decide escondernos la verdad para protegernos?
Fran Bow es la historia de una niña que atestigua el asesinato de sus padres y acaba en un hospital psiquiátrico. El problema es que su mente ya no funciona tan bien y parece creer que sus padres siguen vivos. Cuando hay varios sospechosos del crimen (incluyendo a ella misma).
El disclaimer es que no es para nada un juego para niños. Tiene referencias a cuestiones traumáticas fuertes y el arte es bastante gore. ¡Pero! Me parece una manera muy inteligente para sumergirse en las profundidades de la mente, donde lo real se puede confundir con lo fantástico.
Es de esos juegos en donde solo tienes que picar y descifrar acertijos, así que es bien simple de jugar.
Puedes jugar Fran Bow con Steam aquí.
Un cuento 🖋️
Una pesadilla
Me desplazo a través del lago. Desde su fondo, veo la luna llena que inunda las estrellas. Paso allí minutos enteros y admiro cómo las pequeñas olas devoran la luz y la regurgitan en fulgores verdemar. Avanzo para salir; el aroma de la tierra empapada abruma mi nariz. Tomo aire de bosque y recorro el camino usual entre la niebla. La puerta de la mansión está abierta, como siempre.
Al atravesar el canto, estoy en el piso superior. El reflejo de un fuego danzante en la última habitación ilumina el pasillo. La alfombra absorbe mis lentos pasos. Se escuchan gemidos de mujer, que acuchillan mis entrañas.
Me asomo por el marco de esa puerta final. Un macho cabrío, enorme, oscuro, embiste a una mujer blanca contra la chimenea. Sus pechos, su negro cabello y toda ella revuelan al compás del crepitar del fuego. La risa animal de él, como una cabra con garganta de montaña, me asfixia. Sudo: ¿de miedo o excitación? Es lo mismo.
La mujer y su acompañante giran la cabeza. Ojos esmeralda y ojos ámbar bestiales que devoran los míos. Compartimos colores, palpitaciones, secreción. Gritos.
Gritos. Despierto agitada, sin aire. Ya es tarde y salgo disparada de la cama; medio desnuda, me pongo los pantalones brincando por el cuarto. Y entonces veo el espejo de cuerpo completo. Me devuelve la mirada una mujer de cabello largo y azabache. Soy la sombra de mi madre. Llama mi atención lo que acaricio al acercarme al cristal, con las yemas de los dedos, en la frente.
Un par de cuernos incipientes que enmarcan mis ojos esmeralda. Sollozo y me estremezco. En los bastidores de mi mente nace una risa macabra.
Una reflexión 💭
Ir a terapia no nos hace mejor que otras personas, pero sí habla de que sabemos reconocer nuestras vulnerabilidades. Y ese puede ser el primer paso hacia el antiguo adagio griego que dicta: conócete a ti mismo.
En mi experiencia, cuando te conoces es también fácil conocer a los demás y eso nos deja conectar y aprender a disfrutar más la vida, incluso cuando el sol no brilla como en verano.
Este cuasi final de año también nos puede servir para reconocer que necesitamos ayuda o bien, para hacer frente a nuestros miedos más profundos.
Que sepas que de este lado de la pantalla, hay alguien haciendo frente a sus monstruos. Así que ¡somos dos!
Un meme
¿Es tu primera vez? Te dejo más cartas aquí.
Con cariño libre de virus,
J. McNamara, aka Geeknifer.
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